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Cabeza de Vaca; préstamo de $1,200 mdp para gastarlo en siete semanas Por: Mauricio Fernández Díaz

Ciudad Victoria.- El orgullo que consume por dentro a Francisco García Cabeza de Vaca está cerca de arrastrar a los tamaulipecos a una crisis económica y social de larga duración. El gobernador panista ha renunciado a cualquier reconciliación con los ciudadanos, a darles un sencillo agradecimiento por la oportunidad concedida. Fuera de sí, los trata igual que a sus adversarios políticos, con el mismo propósito de causarles un daño profundo. Con eso en mente, ahora quiere un crédito de 1,200 millones de pesos para gastarlo en siete semanas.

Semejante fardo caerá sobre las espaldas de las familias más pobres del estado, esas que, por cierto, aumentaron en el sexenio cabecista (a 34.9 por ciento de la población, de acuerdo con el Ceneval.) Agua, medicamentos, apoyos, todo se verá reducido con la menor liquidez que causará la deuda total del estado, ahora estimada en 17,000 millones de pesos.

Antes de recibir el nuevo crédito, primero necesita la aprobación del Congreso Local para que lo autorice, pero hay un obstáculo: el artículo 13 de la Ley de Ingresos del Estado de Tamaulipas. En los términos actuales le impide contratar esa nueva deuda; necesita reformarlo, y esa es precisamente la segunda traición que cometerán contra Tamaulipas.

La iniciativa de reforma ya está en curso y solo esperan el regreso al periodo de sesiones de la 65 Legislatura, dominada por los panistas y su líder parlamentario, Félix el “Moyo” García, para concretarla. La soberbia de Cabeza de Vaca ha llegado a los extremos del poder autoritario: cambiar las leyes para cumplir su voluntad en perjuicio de los gobernados.

Noten que estas violaciones constitucionales no le preocupan a Marko Cortés, a Roberto Gil Zuarth ni al periodista Ciro Gómez Leyva, el consentido de Cabeza de Vaca o más bien el único que busca para entrevistas. Ellos son la última fortaleza del reynosense para defender sus posturas.

Es entendible que los chilangos lo apoyen, ya que comparte con ellos muchos intereses, pero nada justifica que algunos tamaulipecos se sumen a este linchamiento de las finanzas estatales, sobre todo de oposición. Nos referimos a Edgar Melhem y a Alejandra Cárdenas, diputados del PRI, o quizás se deban llamar satélites del PAN.

Melhem tuvo un poco de dignidad durante las negociaciones de los partidos para acordar las alianzas, y discrepó varias veces con Luis Cantú. Hasta llegó a decir que prefería a Chucho Nader como candidato. Pero luego lo callaron, no se sabe de que modo, y desde entonces ha dicho “sí” a todo lo que proponga el PAN, es decir, el gobernador.

De Alejandra Cárdenas no hay nada bueno qué decir. Sus tibias propuestas para ayudar a las mujeres se reducen a nada cuando vota a favor de las reformas panistas, cada una de las cuales empodera a Cabeza de Vaca y hunde a los tamaulipecos en la incertidumbre, incluso en perjuicio de Ciudad Victoria, su tierra natal. Al menos, los capitalinos abrirán los ojos y dejarán de apoyar a la familia Cárdenas, que solo se aprovecha de los votantes para encumbrarse en los cargos. Qué poco se parecen a Don Enrique Cárdenas González.

En resumen, la última maniobra del gobernador y los panistas será la adquisición de una línea de crédito de 1,200 millones de pesos que suscribió con Banorte el 23 de septiembre de 2021 como un capital disponible cuando lo necesitara. No lo necesita, pero ahora sí lo va a ejercer.

El tema ha llegado a oídos de las bases morenistas cuyos miembros han ido en aumento desde la elección del 5 de junio. Lo han tomado como un castigo, como una provocación más de Francisco García de Vaca, pues sienten que quiere cobrarles de ese modo la victoria de Morena. Lo hemos dicho en otras entregas: el gobernador ya perdió contacto con la realidad y no busca quien se la deba sino quien se la pague.

La jugada, sin embargo, podría causarle un dolor de cabeza inesperado al reynosense. Se andan agrupando simpatizantes y miembros del partido para protestar ruidosamente en el Congreso Local el día en que el PAN intente aprobar el nuevo endeudamiento. Eso incrementaría el repudio social hacia el mandatario y mostraría su imagen como uno de los servidores públicos que en México merecen ser juzgados y puestos tras las rejas.

¿Qué otro desatino urde en su cabeza el gobernador? Quien sabe, pero estamos seguros que tanto México como el equipo jurídico de Américo Villarreal, capitaneado por Santiago Nieto, están decididos a aplicarle la ley.

En Sentido Común recordamos el amplio respaldo popular que lo llevó a la gubernatura en 2016. En sus discursos, solía decir con valentía “De que se van, se van”.

Seis años después, el repudiado por los ciudadanos es él. Si escribiera las memorias de sus últimos meses como gobernador, bien podría titularlas: “De que me voy, me voy”.

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