Política

La penosa crisis del sistema de partidos de Tamaulipas

José Ángel Solorio Martínez

Lo que hoy se percibe en esta contienda electoral, es una profunda y oscura crisis de partidos. El PAN, sin un líder real –el Ejecutivo estatal–, en el teatro de la contienda –el Cachorro Cantú, es apenas un actor minúsculo en este zafarrancho por el Congreso local, el Congreso federal y los Ayuntamientos tamaulipecos– se avizora con escasa proyección en el nuevo escenario regional; MORENA, con una carga bastante tóxica de amigos y aliados que desplazaron a varios morenistas con potencia política y méritos en sus comarcas, se muestra más desgastado que cuando empezó la campaña y el PRI, sigue en caída libre por su pasado neoliberal y su contradicción de apuntalar al PAN a nivel nacional y confrontarlo en el plano estatal: y mejor ni hablar de la postura de los legisladores locales tricolores que han dado un patético espectáculo en la tribuna en los recientes días. ¿Qué partido, conjurará su crisis en los mejores términos? El PAN: Tiene frente a si, un complejo escenario. Fue desde hace cinco años, el partido de un solo hombre. Ello, condicionó un partido de liderazgos enanos, que no pudieron crecer ante la fuerza total y totalizadora de su partido. Los efectos de su enfrentamiento con la Federación, ya le está cobrando factura. Frente a los consensos del Presidente, AMLO, en la región, las fuerzas locales están en situación de indefensión. De ser desplazado el líder real del panismo tamaulipeco, entrará el azul en una de sus peores contradicciones en su historia en la entidad. Se infiere: esa crisis, será de muy largo plazo si como las predicciones demoscópicas se entroniza la IV T en Tamaulipas. Hablamos, de que el panismo local, soportaría a partir de este año una avalancha de congojas: manejarse como oposición, con lo consabido: disputas internas, falta de fondos para su movilización y escurrimientos a otros partidos –esto ocurre siempre que un parido pierde su vigor y sus expectativas–. En suma: hasta el 2030 –si bien le va– el PAN tendría posibilidades de re-articularse. El PRI: En su loca postura de criticar a AMLO porque no resuelve los problemas que ellos provocaron y apoyar al PAN según su conveniencia, hay perdido sus nortes. En esta elección del 2021, se dimensionara su real presencia. (Que no será mucha). Sus crisis, lo perseguirán más allá del 2030. Quizá, le sería una mejor estrategia sumarse al PAN orgánicamente. En el futuro del PRI, no se ven victorias trascendentes y sí muchas derrotas en todos los planos de la vida política tamaulipeca. El MORENA: Con toda la basura que llegó en este 2021, el lopezobradorismo tiene el más sonriente futuro de todas las organizaciones políticas del estado. Está claro: desde el triunfo, toda agrupación se re-estructura con mayor facilidad. Esa recomposición, no será en este 2021; no, habrá que procesar todos los aliados que se sumaron a MORENA con el más avieso y oscuro de sus planes. El lopezobradorismo, tendrá la posibilidad de transitar la crisis estructural interna a partir del 2022. Sólo un candidato a gobernador morenista con visión y con liderazgo, podría acabar con las pugnas insensatas de la militancia que ante la ausencia de conductores inteligentes, se desbordan en riñas por diminutos espacios de poder y no en la tareas de instaurar la IV T en Tamaulipas. En suma: los sufrimientos panistas por sus fragilidades internas, podrían alargarse por más de siete años; los dolores del PRI, transitarían por más de dos sexenios y MORENA, podría resolver sus conflictos intestinos con la mano Izquierda de su candidato a gobernador. Lo que hoy vemos como penoso show –pleitos, insultos, desquebrajamientos de las militancias, pleitos de barandilla, etc.– es parte de esa descomposición tan penosa y dolorosa, para toda la ciudadanía tamaulipeca.

Notas relacionadas

Botón volver arriba