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Se encienden las alertas…

VIDA DIARIA
Rosa Elena Gonzalez

Después de que se agudizaron los casos violentos, de que se registraron jóvenes agrediendo a sus compañeros con armas o vendiendo sustancias prohibidas en las escuelas, se implementó el programa operación mochila.

Una acción que debe ser permanente, no es que se desconfié de todos los muchachos pero entre más seguridad se tenga que van por el camino correcto o que estudian en entornos afables es mejor.

Lamentablemente desde que nació la propuesta de la operación mochila fueron muchas las opiniones encontradas, incluso hubo padres que se inconformaron ante la medida asegurando se violentaban los derechos de los niños y jóvenes, lo cierto es que nunca está de más la supervisión, es por el bien de todos.

El principal objetivo es cuidar la integridad física y emocional de los niños y jóvenes, pero para ello los padres de familia también debemos contribuir, además de estar más al pendiente de lo que hacen los hijos permitir que la operación mochila continúe, no ofenderse porque se realice de manera sorpresiva para que tenga los resultados que se requieren.

Claro, las autoridades deben de tener criterio y sensibilidad, por ejemplo, en los operativos deben de ser mujeres las que revisen las mochilas de las jovencitas para no violentar su intimidad.

Lo anterior viene a colación porque el martes por la tarde se dio a conocer que en una escuela primaria de la capital tamaulipeca un niño había sacado de su mochila una pistola para agredir a su profesor.

Que hasta la institución educativa llegaron los cuerpos policiacos que habían asegurado el arma que para fortuna resultó ser de postas, igual se aseguraba el niño asustó y agredió a su maestro, fue entonces donde se encendieron las alertas y el asunto generó conmoción entre la población.

Al día siguiente, el propio director de la escuela manifestó que no hubo tal agresión al maestro, que el niño llevó la pistola solo por cumplir un reto, aquí el problema es que igual era una arma y los dichosos retos por lo general son incitadores a la violencia y en eso es en lo que también se tiene que poner mucha atención para que no sucedan hechos como los ocurridos en Nuevo León.

Aunque tampoco es justificable que un arma de uso recreativo ingrese a un plantel educativo porque igual puede confundir, generar psicosis o lastimar, en las actividades de los jovencitos los padres deben de estar vigilantes también por el bien de la comunidad estudiantil y en general de la sociedad, incluso de sus propios hijos porque después de un incidente ya nada es igual.

En fin, la situación es que la sociedad, gobierno, padres de familia y hasta iglesias deben trabajar en conjunto para que las nuevas generaciones sean hombres y mujeres de bien.

Educar con valores, buenos ejemplos y correctivos es desde el hogar, en la escuela se aprenden asignaturas que servirán de herramientas para afrontar los retos de la vida pero igual se debe supervisar el comportamiento de los estudiantes para evitar que caigan en conductas inapropiadas.

Acciones como la operación mochila deben continuar, los padres de familia deben aprobar ese acto es por la seguridad y bienestar de los muchachos.

Porque lo sucedido en la escuela primaria Althair Tejeda aunque no pasó a mayores pero en la próxima puede ser una tragedia, el hecho, ojalá, sirva para encender las alertas.
 

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