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Un Senador con olor a PAN y barbacoa de Cabeza
Por: Mauricio Fernández Díaz

Elección de JR como senador lo cambiará todo en el 2024

Ciudad Victoria.- La elección de este domingo será un mero trámite para la senaduría que tiene virtualmente en las manos José Ramón Gómez Leal, el JR. Ahí no reside el interés de este asunto sino en el cambio qué provocará en el paisaje político. Se dice que emergerán nuevos grupos en Morena que competirán por las mejores posiciones en el 2024; se antoja difícil que alguien puede eclipsar al gobernador Américo Villarreal, ahora que ha tenido una de las calificaciones más altas por su desempeño. Quizás no le lleguen al doctor, pero más de una figura le restará autoridad a la dirigencia estatal del partido.

Cualquier análisis resulta intrascendente cuando los ciudadanos expresan con tanta claridad su preferencia antes de los comicios. Morena partió como favorito desde que se declaró vacante el cargo tras la muerte del senador Faustino López, y no hubo fuerza humana ni sobrenatural que le diera posibilidades de rivalizar al PAN o al Partido Verde. Estos llegan solo como comparsas para enmarcar el triunfo de la Cuarta Transformación.

Con Imelda Sanmiguel como candidata de Acción Nacional, impuesta por los hermanos García Cabeza de Vaca, se pudo haber ahorrado la impresión de boletas y todo el gasto requerido para la elección, ya que no entusiasma ni a panistas, ni a priistas, ni al vecino. En cuanto a Manuel Muñoz Cano, del PVEM, es mejor no perder el tiempo, pues su valor como figura político-electoral es igual a cero.

En muchos sentidos, será una jornada atípica: se elegirá a senador por un período de año y medio solamente; ya está previsto quién será el ganador; y por último, casi nadie querrá al senador electo sino al partido que lo postula.

Por extraño que resulte, JR será un senador impopular, de bajo perfil político, incluso rechazado por muchos morenistas, pero esto no debe llevar a una conclusión equivocada. El hombre tendrá poder, aprovechará su suposición y ejercerá influencia en el estado, porque el cargo se lo concede y porque Mario Delgado lo acompañará en ello.

Morena tiene 12 años de fundado, pero José Ramón no llega ni a cinco años como militante y ya va a ser su senador. Cuando Cabeza de Vaca comenzó la gubernatura en 2016, JR todavía estaba en el PAN. Por si alguien lo olvida, Cabeza de Vaca y José Ramón son cuñados.

Es difícil hacer tonta a la gente, y el inexperto JR huele a panismo, a elitismo, a clase privilegiada, todo lo contrario de oler a pueblo, o a hombre común y de la calle. Por eso le repelencia de los morenistas hacia él.

Consciente del rechazo, fuera del partido y su dirigencia, José Ramón construyó una estructura electoral con ayuda de los programas de Bienestar cuando era coordinador general de esos subsidios en Tamaulipas.

Muchos jóvenes, empleados ahora como Siervos de la Nación, él los contrató; y muchos, miles de adultos mayores que carecían de seguridad social, él lo inscribió al programa de beneficios. Los tiene, por lo tanto, de su lado.

Con una red extensa de promotores casa por casa, José Ramón no necesita ni el saludo de la dirigencia estatal de Morena para ganar. De hecho, no hay peor humillación para un instituto político que ser pasado por alto en una campaña electoral.

Este desaire tampoco debería victimizar a la dirigencia de la 4T, pues se trata de una caricatura de comité. Yuridia Iturbide Vázquez, presidenta de Morena Tamaulipas, es el “Cachorro” de este partido, o quizás sea justo llamarla la “Cachorra”. Ella es a este organismo lo que Luis Cantú al PAN: un líder sin seguidores, sin trayectoria y sin influencia.

Cuando este distanciamiento se hizo notorio, Iturbide Vázquez convocó a una conferencia de prensa para simular unidad y objetivos afines con José Ramón Gómez Leal, cuando él ni siquiera la menciona en sus giras.

Toda esta gente, incluido el JR, viven del carisma de Andrés Manuel López Obrador, único y real líder de este movimiento, sin el cual nunca habrían coincidido en un mismo partido Gómez Leal, Yuridia Iturbide, Erasmo González, Olga Sosa y los que usted quiera citar.

Por ello, la elección le dará “alas” al cuñado de Cabeza de Vaca para iniciar un proyecto político de tres, seis o más años, no de uno y medio. Y seguramente no le pedirá permiso a Yuridia ni a las demás figuras de Morena en la entidad.

Para muchos, JR es un morenista sospechoso o poco confiable; no solo por su parentesco con el ex gobernador panista sino también por los integrantes de su equipo de campaña, como los del área de prensa, que hace pocos meses trabajaban para el PAN y su candidato. Así de incongruente y patético se comporta José Ramón con la dirigencia de su partido.

Desde que Mario Delgado asumió la presidencia nacional de Morena solo personas ricas o de larga trayectoria con el PRI y el PAN han obtenido las principales candidaturas. Lo acusan de lucrar con todo, desde las nominaciones hasta las campañas. En Coahuila lo llamaron traidor, una imputación grave que antes le hizo Maki Ortiz en Tamaulipas.

En ese ambiente de confrontación y raras candidaturas, subirá a la senaduría José Ramón Gómez Leal. “Morena crece”, seguramente exclamarán. A ver si el beneficiado no resulta otro partido… y de derecha.

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