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México, con los peores números de la pospandemia

A contrapelo del discurso presidencial de los otros datos –“un espejismo que no tiene ningún sustento en la realidad”–, la única gran economía latinoamericana que no ha logrado recuperar su nivel de crecimiento previo a la pandemia es México, de acuerdo con los datos duros difundidos por la Cepal.

Por Rafael Croda

A contrapelo del discurso presidencial de los otros datos –“un espejismo que no tiene ningún sustento en la realidad”–, la única gran economía latinoamericana que no ha logrado recuperar su nivel de crecimiento previo a la pandemia es México, de acuerdo con los datos duros difundidos por la Cepal. Peor aún, el actual gobierno no sólo nos dejará con un crecimiento sexenal de alrededor de cero, sino que está dejando hipotecado el crecimiento futuro, comenta a Proceso el investigador Fernando Gaona Montiel, de la UAM-Iztapalapa.

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- En la conferencia mañanera del martes 20, el presidente Andrés Manuel López Obrador se refirió a las perspectivas económicas de México en términos muy precisos: este año, dijo, el PIB crecerá entre 3.2% y 3.5%, y esas tasas se mantendrían en 2023 y 2024.

“Que tengamos crecimiento en el sexenio, a pesar de la pandemia (del covid-19), va a ser algo excepcional”, aseguró.

Pero, de acuerdo con datos duros de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) divulgados días antes, la excepcionalidad de la economía mexicana no es por su crecimiento, sino por su rezago respecto de otros países de la región.

En un estudio de la Cepal, México figura, junto con Cuba, Venezuela y Ecuador, entre las cuatro economías latinoamericanas que a finales de este año no han recuperado el PIB de antes de la pandemia. Las otras 15 ya lo han hecho, desde Argentina, Brasil y Chile, hasta El Salvador y Guatemala.

En el Balance preliminar de las economías de América Latina y el Caribe, presentado el jueves 15, la Cepal estima que no será sino hasta 2023 cuando México recupere el PIB que registró el país en 2018, cuando López Obrador asumió la Presidencia.

“Vamos a tener un sexenio perdido y eso no será por la pandemia, sino por la política económica de López Obrador. La mayoría de las economías de la región están creciendo mucho más que México, y también fueron golpeadas por la pandemia. La pregunta es por qué. Y la respuesta es que tenemos una política económica que no detona los pivotes de crecimiento”, dice el profesor del Departamento de Economía de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM-Iztapalapa), Fernando Gaona Montiel.

De acuerdo con el economista y doctor en administración pública, la narrativa del presidente sobre la economía es “un espejismo que no tiene ningún sustento en la realidad”.

Y esto, asegura a Proceso, “produce desconfianza entre los inversionistas”, un efecto contrario al que quizá busca el mandatario al referirse en términos optimistas a la evolución del PIB.

Considera que “no crecemos porque no hay inversión para crecer”, ni pública ni privada, a diferencia de lo que ocurre en otros países de América Latina que recuperaron muy pronto el PIB prepandemia.

De acuerdo con Gaona Montiel, otras naciones de la región “sí están haciendo su tarea para detonar el crecimiento”, lo que significa impulsar la inversión, el consumo real y el sector externo.

En México, en cambio, se ha impuesto “el austericidio”, que consiste en quitar dinero indiscriminadamente a todas las dependencias, aunque les haga falta, para destinarlo a las obras emblemáticas del gobierno, como el Tren Maya, la refinería de Dos Bocas y el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, afirma el economista.

Dice que esos proyectos “ni agregan riqueza pública ni detonan el crecimiento porque no generan cadenas de valor”, por lo cual “están resultando bastante improductivos”. Además, hay en ellos “mucha opacidad, pues los contratos a privados se entregan de manera discrecional, sin competencia, por medio de adjudicaciones directas en la mayoría de los casos, y eso también mina la confianza de los inversionistas”, añade el experto.

Narrativa ilusoria

Según datos de la Cepal, México fue la única gran economía latinoamericana que no logró recuperar en 2021 el PIB perdido un año antes por efecto de la pandemia. Brasil, Argentina, Colombia, Chile y Perú lo hicieron y en 2022 siguieron creciendo a tasas de hasta 8%, como en el caso colombiano.

Pero aquí en México, dice Gaona Montiel, en materia económica se ha impuesto desde el gobierno, desde las mañaneras, el discurso “de la ilusión, de los otros datos”, que contrasta con los datos duros de organismos como la Cepal, un centro de pensamiento crítico del modelo económico de mercado que cobró auge en América Latina desde los noventa.

Según el organismo regional, México acumulará en los primeros cuatro años de gobierno de López Obrados (2019-2022) una caída del PIB de -0.8%, mientras que en ese mismo lapso América Latina habrá crecido un punto.

En ese mismo lapso, el ingreso per cápita de los mexicanos cayó en -4.7% y ni siquiera las optimistas previsiones económicas del gobierno para los dos últimos años del sexenio hacen prever que ese indicador cerrará en el terreno positivo. En 2018 llegó a 7 mil 524 dólares anuales y en 2023 cerrará en 7 mil 292 dólares, indican los datos de la Cepal.

López Obrador ha dicho que el crecimiento económico no significa necesariamente bienestar para la gente y que, en su sexenio, a pesar de la falta de expansión del PIB, se ha registrado una mejor distribución de la riqueza nacional.

Crecimiento y pobreza

Para Gaona Montiel, el crecimiento económico es necesario para combatir la pobreza, que es uno de los postulados centrales del gobierno de la 4T y una de las promesas de campaña del presidente.

“Pero para repartir la riqueza primero hay que generarla y eso no se hace con un discurso ilusorio”, afirma el economista.

Según proyecciones de la Cepal, México cerrará este año con una pobreza de alrededor de 35.4%, porcentaje similar al que dejó en 2018 Enrique Peña Nieto en su último año de gobierno.

Esto significa que a lo largo de la administración de López Obrador, quien este mes cumplió cuatro años en el cargo, el número de pobres no se ha reducido en México, sino que ha aumentado en cerca de 1 millón de personas como resultado del crecimiento demográfico. Pasó de 44 a 45 millones de personas y, en términos porcentuales, México es el segundo país más pobre de América Latina, sólo detrás de Honduras, donde la pobreza llegó a 52.3%, según una tabla del Estudio Social 2022 de la Cepal, divulgado el mes pasado.

De acuerdo con los datos del organismo, la pobreza en México llegó en 2020 a 37.4% y a 9.2% la pobreza extrema, lo que implicó un aumento de casi dos puntos en ambos indicadores respecto a 2018.

El Instituto de Estudios sobre Desi-gualdad de México asegura en un estudio que López Obrador incluso destina menos recursos que Peña Nieto, en términos proporcionales al PIB, en el financiamiento de programas sociales federales.

Este año los programas sociales del gobierno contaron con un financiamiento equivalente a 4.7% del PIB y en 2023 llegarán a alrededor de 5%, porcentaje menor que el registrado durante los tres primeros años de la administración de  Peña Nieto.

El pecado capital

Gaona Montiel considera que “el pecado capital” de López Obrador fue haber eludido un tema fundamental para todas las economías latinoamericanas: impulsar una reforma fiscal progresiva que aumentara de manera importante el nivel de recaudación, el cual fue equivalente en 2020 a 17.9% del PIB, cuatro puntos por debajo del promedio de América Latina.

Con más recursos, el gobierno mexicano habría podido aumentar la inversión pública y destinar mayor financiamiento al combate de la pobreza y de la desigualdad, señala el investigador del Departamento de Economía de la UAM-Iztapalapa.

El gobierno del presidente izquierdista colombiano Gustavo Petro logró aprobar el mes pasado en el Congreso una reforma tributaria que elevará la recaudación fiscal a 21% del PIB, con lo cual aumentará a niveles sin precedente el gasto social del país.

El presidente chileno, Gabriel Boric, también de izquierda, impulsa en el Congreso una reforma fiscal similar con el propósito de invertir más en educación, salud, vivienda y pensiones.

Gaona Montiel afirma que López Obrador, quien se asume como un mandatario de izquierda, debió hacer lo mismo en México. Para el país, agrega, habría sido más productivo que el presidente hubiera gastado su capital político en una reforma fiscal que en una reforma electoral, como busca hacerlo.

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