Columnas

LAS MAÑANERAS, ¿SEMANALES?

FRANCISCO CUÉLLAR CARDONA

Las conferencias mañaneras del Presidente López Obrador, tuvieron el pasado jueves su primer gran crisis, luego de casi un año de operaciones. El choque entre los medios y el Presidente, subió tanto de tono, que de inmediato hacia el interior del equipo del primer círculo de AMLO, se planeó la necesidad de suspenderlas, «porque el Presidente se está desgastando y el ambiente con la prensa se está enrareciendo, y a la larga, el único que va a salir perdiendo es él».

El concepto y el objetivo de Las Mañaneras, es cien por ciento propagandístico; es decir: que el discurso, el nombre y la figura del Presidente esté siempre en los medios y en la boca de todos, para bien o para mal. El fin se ha cumplido en estos más de once meses, pero, está teniendo un alto costo político. La figura del Presidente está dañada, a pesar de que las encuestas aparezca con altos niveles de aprobación. 

Para los estudiosos de la comunicación, López Obrador está demasiado expuesto ante los medios, y en su afán de marcar la agenda diaria, está pagando un precio muy alto por ello. Confrontarse y descalificar a la prensa que lo cuestiona, va a ocurrir, con o sin las Mañaneras, porque el papel de los medios es preguntar, cuestionar, enjuiciar y criticar, mientras que el trabajo del Presidente o cualquier hombre al frente de un cargo público, es gobernar y dar resultados; cosa que no se está reflejando en la 4T.

Andrés Manuel López Obrador está a la defensiva siempre y ve fantasmas, conservadores, neoliberales y enemigos en cada cuestionamiento que le hace la prensa; desconoce, a pesar de tantos años en la lucha política, que ese es el trabajo de los periodistas. Afirmar que hoy la prensa es diferente y que su compartamiento ante Fox, Calderón, Peña Nieto y el viejo sistema fue complaciente o blando, está equivocado. La prensa, fue quien a través de su trabajo desenmascaró las corruptelas de Peña y los gobiernos panistas. La prensa en México, no cambió a partir de julio del 2018: No. AMLO no quitó el Bozal a quienes dicen que hoy le muerden la mano; la prensa mexicana desde hace 20 años, cuando los grupos delincuenciales se apropiaron del poder público, se volvió blanco de ataques, tanto que es México el país más peligroso para ejercer el periodismo. 

Y lamentablemente, contra lo que se esperaba, con la llegada de AMLO al poder, la prensa es la más maltratada porque a su gobierno no le gusta la critica, y quien lo cuestiona, lo descalifica y lo ve como su enemigo. 

En este contexto, y después de lo sucedido la semana pasada, no son pocas las voces dentro del gabinete de AMLO que le es están sugiriendo que las Mañaneras se vuelvan semanales. Así la rispidez, los roces y la confrontación con los medios afectaría menos la imagen del Presidente, quien de paso, tendría más tiempo para gobernar y dedicarse a cumplir los compromisos que hizo, y que con muchos.

La prensa y los periodistas siempre van a estar ahí, por eso es el segundo oficio más antiguo del mundo, y no lo van acabar con los comunicadores matándolos, ni callándolos. 
El Presidente debe entender que su papel es gobernar, y el de la prensa, preguntar e informar. La Mañaneras, al paso que van, se convertirán en un circo o un show en donde el más perjudicado será el propio Presidente, y la recomendación de hacerlas semanales, sería lo más saludable para su salud polìtica.

Fuente: Expreso.press

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