Política

Tamaulipas 2021: ¿entrega de plaza?

José Ángel Solorio Martínez

¿Qué está pasando con el PAN tamaulipeco?
¿Por qué razón, el albiazul, soslaya a la militancia ideológicamente probada y se acerca a militantes de otros partidos para hacerlos sus candidatos?
Más que emblemáticos –tristemente emblemáticos–, son los casos de Yahleel Abdalá en Nuevo Laredo, Oscar Almaraz en ciudad Victoria, en el puerto de Altamira, Ciro Hernández y la más sorprendente por lo grotesco: la posible candidatura de Miguel Almaraz; parece una broma, aunque los militantes del PAN riobravense lo dan por hecho.
(Más lo que se adicione, en las semanas por venir).
¿Fortalecer al PAN, con políticos que han exhibido una moral relajada y cuasi inexistente?
A Abdalá, a Oscar Almaraz y a Ciro –coqueteó con MORENA mucho tiempo–, el más suave calificativo que muchos ciudadanos les escupen en sus rostros, es el de traidores.
El cambio de partido, no es el pecado.
No.
Lo censurable, es la forma tan evidente de cómo cambiaron poder por principios. Es decir: apenas unos días antes, se significaron como acérrimos enemigos del PAN y ahora comen en su mano.
El panismo más sólido de Nuevo Laredo, Victoria, Río Bravo y Altamira, andan que trinan de rabia. Y cómo no: muchos de ellos –y ellas– desplegaron un intenso trabajo en los meses previos a este 2021, con la esperanza de que su partido los apoyara para participar como candidatos.
Crearon una estructura potente y maciza.
En esos municipios, ese urdimbre, superó en amplitud y fortaleza la de los Comités Municipales panistas.
Roxana Gómez, diputada local, una de las precandidatas con mayor consenso al interior del panismo riobravense dejó saber a sus seguidores que se reincorporará a sus actividades empresariales en Reynosa y Mission, Texas, en donde tiene inversiones.
En Nuevo Laredo, los diputados que se formaron en la fila para buscar la candidatura a la alcaldía Moyo García –local– y Salvador Rosas –federal–, no se les ve tan contentos porque tendrán que trabajar para una advenediza.
De igual forma, en Altamira, la familia de Juvenal Hernández, fue desplazada intempestivamente con la nominación de Ciro. Eso no para ahí: el hoy candidato panista, hizo su precampaña a base de ataques y criticas al gobierno municipal de la esposa de Juvenal.
Ciro, también disipó las posibilidades del diputado Miguel Ángel Gómez Orta, quien tiene una posicionamiento envidiable con el panismo altamirense.
En Río Bravo, el escenario no es más amigable para el PAN. Almaraz, desplazaó no sólo a Roxana Gómez y a Raúl García Vivían; también, propina un sofocón al alcalde panista Carlos Ulibarri quien buscaba la reelección. Es decir: el Almaraz riobravense, iría por la presidencia municipal prácticamente sin un solo soporte panista en la ciudad.
Supongamos sin conceder:
¿De ganar con esos candidatos, se fortalecería el PAN en la región?
No se percibe cómo.
Pensando, perversamente:
¿Y si el PAN decidió aflojar el cuerpo y entregar la plaza, a MORENA en Tamaulipas?
Si no es así…
…parece que así es.

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