JOSE SUAREZ FERNANDEZ; CORUPTO, PORRIL Y PERNICIOSO
Universidad Autónoma de Tamaulipas
Por Oscar Díaz Salazar
Los directivos de la Universidad Autónoma de Tamaulipas le han quedado a deber al pueblo de Reynosa, en principio a los jóvenes que no han tenido los espacios para cursar sus estudios superiores, aunque el agravio se extiende a toda la sociedad, que no ha podido educar a las nuevas generaciones como debería de hacerlo, en la medida que se requiere, con la calidad apropiada y como se merecen nuestros jóvenes.
Al igual que muchos de los recursos públicos del gobierno del Estado de Tamaulipas, la inversión, los empleos, las obras y los programas de la Autónoma de Tamaulipas, se han venido concentrando en la ciudad capital y en Tampico.
Solo dos unidades académicas existen en Reynosa, que resultan ridículas por lo mínimo, comparadas con las cifra que ronda la decena (ocho) de instituciones que existen en el Campus Victoria y el Centro Universitario de Tampico. La disparidad en el número de carreras que se ofrecen es mayúscula si comparamos a Reynosa con Tampico o la capital.
En el nivel medio, la situación es también de abandono para la ciudad que posee la población juvenil más grande de Tamaulipas (Reynosa). Las cuatro preparatorias de la UAT se ubican en Ciudad Mante, Valle Hermoso, Tampico y Ciudad Victoria.
El éxito de la educación superior privada en Reynosa, no se sustenta en la calidad de los programas que se ofrecen, en la excelencia de la planta académica, en la flexibilidad o en algún plus como la enseñanza de idiomas o la oferta de carreras sofisticadas, no es así; las universidades privadas de Reynosa, más de veinticinco, son exitosas – como negocio- porque no existe la oferta de educación pública con la variedad, calidad, pertinencia que requiere el sector productivo de la región y que demandan los jóvenes de Reynosa.
Lamentablemente no se puede esperar mucho de un rector, Jose Andrés Suárez, que ha vivido por mucho tiempo en Reynosa. El Rector Suarez es una pieza del establishment, un engranaje de la maquinaria, un elemento, marginal si se quiere, pero parte del sistema corrupto, porril y pernicioso que ha caracterizado a la Autónoma de Tamaulipas.
Además, ya se sabe que tener un Rector de Reynosa no es garantía de que mejoren las cosas para Reynosa en cuanto a lo que ofrece la Universidad. El paso de José María «Chema» Leal por la rectoría universitaria prueba que no basta con que un reynosense llegue al mando, pues para eso no manda, y que donde realmente mandan, en Palacio de Gobierno, no existe la voluntad para que cambie la UAT y para que atienda a los estudiantes de Reynosa.
Concluyó diciendo que es tiempo de que Reynosa tenga su propia Ciudad Universitaria en la que operen una decena de facultades y se ofrezcan 20 – 30 carreras, como sucede en Tampico y en Victoria.
Es tiempo también de que se construyan los bachilleratos que necesitan los jóvenes de Reynosa… Si no lo hacen, resulta palabrería vana, puro rollo, la letanía del «restablecimiento del tejido social… «