Después de días aciagos en el PRD nacional, al fin este domingo los perredistas aprobaron ir en coalición con el PAN y el Partido Movimiento Ciudadano (PMC) para las elecciones federales del 2018 de Presidente de la República, y diputados y senadores al Congreso de la Unión. Y el aval también se está dando en cascada por parte de los Consejos Estatales en las entidades donde el próximo año habrá comicios concurrentes.
Sin embargo, la sola aprobación, no libera de riesgos a la pretendida coalición, sobre todo en el ámbito federal donde tanto el PRD como el PAN pelean el derecho de poner al candidato presidencial, y al interior de ambos partidos políticos existe pugna entre grupos y aspirantes por dicha candidatura, especialmente en Acción Nacional, cuyo presidente, Ricardo Anaya Cortés, a toda costa busca auto-postularse en franco agandalle, y enojo de panistas que luego de la renuncia de Margarita Zavala ven con más posibilidades a Rafael Moreno Valle.
Movimiento Ciudadano ni fu ni fa. No representa una fuerza electoral arrolladora ni tiene cuadros competitivos como para pelear la candidatura a la Presidencia de la República; más bien, su unión primero al Frente
Ciudadano por México y luego a la pretendida coalición, se mira como una estrategia que le permita captar votos para conservar su registro como partido político nacional tras las elecciones del 2018.
En el PRD como que las cosas están bastante perfiladas a favor de Miguel Ángel Mancera para la candidatura de la coalición. Ya no se ha visto, ni escuchado a Juan Zepeda Hernández pregonar su aspiración. Y los perredistas han dejado de mencionar a ciudadanos prestigiados como sus cartas presidenciables. Claro, a veces tienen la mala costumbre de señalar nombres sin autorización de las personas.
En fin, los partidos políticos, particularmente el PAN y el PRD (porque seguramente MC hará suyo a cualquiera que resulte candidato), primero tendrán que salvar la lucha interna por la candidatura y luego acordar entre ambos si el abanderado presidencial de la coalición es panista o es perredista. Y ahí puede romperse el hilo de las negociaciones.
Aunque militantes de Acción Nacional están seguros que el candidato saldrá de las filas azules porque este partido posee más fuerza electoral que el PRD, entonces éste solamente tiene margen para negociar en el convenio de coalición candidaturas seguras a las diputaciones federales y senadurías; amén de negociar en paquete posiciones locales, como gubernaturas, por ejemplo.
Aunque hay entidades, donde los militantes de uno u otro partido político están en desacuerdo en la coalición PRD-PAN-MC, sobre todo entre los dos primeros; como en Morelos, por ejemplo, donde los panistas le dijeron “no” a la coalición.
En fin, la definición está próxima, considerando que el 14 de diciembre venidero vence el plazo para solicitar el registro de coaliciones ante el Instituto Nacional Electoral (INE); y también es el inicio de las precampañas electorales.
Lo que sí, quien sabe de dónde sacarán candidatos “honorables” como lo plantea el PRD, cuyo Consejo Nacional manifestó que es indispensable que los partidos de la coalición “acuerden un método democrático y transparente para decidir la candidatura a la Presidencia de la República.”
Y ahí está el problema, entonces sigue en riesgo la coalición porque en realidad aún no tienen método electivo.
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