VIRAL

VIVE EUGENIO UNA DIA DE FRUSTRACION CON OLOR A TRAICION

Por: Antonio Arratia Tirado/Gaceta

Cd. Victoria, Tamaulipas.- Desde la noche del miércoles Eugenio Hernández Flores supo que algo raro se gestaba en su entorno, más allá de los líos que tiene con la justicia mexicana y con la de Estados Unidos.

Pero lo que ocurrió la mañana de este jueves lo llenó de desazón y angustia.

Empezó a sentirse víctima de una traición que, de confirmarse, habrá de dejarlo inerme y prácticamente en manos de los agentes que quieren llevárselo a los Estados Unidos.

En la familia empezó a fraguarse un Plan B, encaminado a diferir todo lo que tuviera que diferirse y a negar la ominosa sospecha que alcanzaba ya a los abogados titulares de su defensa.

LOS AMIGOS QUE YA NO SON

En la cúspide del poder, Eugenio Hernández Flores tuvo todo y sin medida. Los amigos en México se contaban a montones. En Estados Unidos eran menos, pero también los tenía.

Si no se la acabó, por ahí debe tener guardado lo que queda de la poderosa motocicleta Harley Davidson que el “Terminator” Arnold Zchwarsenneger le regaló en una de las conferencias de gobernadores fronterizos celebrada en Los Ángeles, a la que además de Hernández Flores asistieron por México Humberto Moreria, José Reyes Baeza, Eduardo Bours, Guadalupe Osuna Millán y Natividad González Parás.

Solo la gobernadora de Arizona, Janet Napolitano rechazó con cortesía la Harley Davidson ofrecida por Zchwarsenneger.

Años después, pero hace apenas unos días, el ex gobernador de Tamaulipas fue detenido aquí conduciendo una motocicleta BMW y paradójicamente es serio el riesgo que corre de volver al país del “Terminator”, pero en calidad de extraditado.

Y es que hoy, en los tiempos en que aparentemente Eugenio Hernández no supo o no quiso leer, ha quedado prácticamente abandonado a su suerte.

Sin amigos y, lo que es peor, hasta sin los abogados que él contrató.

Este jueves, el Centro de Justicia Penal Federal estuvo lleno pero él más solo que nunca. Apoyado por abogados alternativos recibió la noticia: el juez de distrito especializado en el Sistema Penal Acusatorio, Raymundo Serrano Nolasco le ratificó la orden de detención con fines de extradición a los Estados Unidos.

En audiencia privada, los fiscales de la subprocuraduría Jurídica de Asuntos Internacionales de la PGR también le confirmaron que mediante documentos diplomáticos el gobierno de Estados Unidos le imputa tres delitos: asociación delictuosa para cometer lavado de dinero, operar un negocio de envío de dinero sin licencia y asociación delictuosa para cometer fraude bancario.

BAJÓN DE HUMOS

Es la tarde del miércoles y entre Eugenio Hernández y el juez ocurre el primer desencuentro. La audiencia empezaría a las 18:00 horas pero sus abogados Adrián Collado, Rafael Rodríguez Aguilar y Juan Jorge Olvera no llegaban.

Y no llegaron.

Entonces él pidió un plazo de 48 horas para la audiencia, solo que utilizó un tono que al juez federal no le gustó.

El juez Serrano Nolasco le ofreció un plazo más reducido y Eugenio Hernández le replicó diciéndole que los abogados no estaban esperando arriba del vehículo para llegar de inmediato. Luego le dijo que las carreteras de Tamaulipas son peligrosas y así.

Serrano Nolasco le puso como ejemplo que los fiscales federales llegaron con rapidez desde la Ciudad de México, hasta que, ya molesto, le soltó: lo que pasa es que sus abogados no quieren defenderlo.

Y no llegaron.

Y todo el mundo, en especial Eugenio Hernández, esperaba que llegaran a la audiencia de la 9:00 horas de este jueves.

Pero tampoco llegaron.

El juez les dio una prórroga de una hora, y a las 10:00 horas tampoco llegaron.

El problema era grave porque él ya había rechazado una y otra vez los servicios de los defensores de oficio, empecinado como estaba en esperar a su equipo.

La familia, que no asistió a la audiencia, se movilizó temprano y contactó a la abogada Blanca Nelly Riestra -que se encargó de las demandas de tipo local- para que se hiciera cargo.

Había otro problema: Blanca Nelly Riestra admitió que ella no estaba preparada para los asuntos en materia de extradición, y se los dijo abiertamente.

Y es que esta es la primera extradición que se promueve en Tamaulipas.

Entonces habló  con el ex gobernador para explicárselo y para convencerlo de que aceptara los servicios de los defensores de oficio Alejandro San Germán Riestra (su primo) y Héctor Álvarez Ruiz, sobre todo del primero que sí le entendía al tema.

Si no los aceptaba, ella ya había tomado la decisión de acreditarse y meterse al ruedo, a sabiendas de que no tiene experiencia en esos asuntos.

Incluso ya traía copias en sus manos.

Sin embargo, cuando a las 10:00 horas se reanudó la audiencia Eugenio Hernández llamó al juez “su excelencia” y le dijo estar dispuesto a aceptar los servicios de los defensores de oficio que le recomendara Blanca Nelly Riestra, quien seguía el curso de la audiencia en una sala adyacente, con la pantalla frente a su vista y la de varios alumnos de Derecho.

Y ENTONCES OCURRIÓ

En su primera intervención, el abogado defensor Alejandro San Germán soltó lo que parecía ser un obús. Dudó que la fiscalía tuviera en su poder la nota diplomática en que se solicitaba la extradición de su defendido.

Los fiscales federales respondieron de inmediato, leyendo algunos extractos del documento. San Germán envió otro jab y fue entonces cuando se le vino el mundo encima.

Estaba diciendo que el documento diplomático no estaba firmado por el cónsul cuando el juez intervino de inmediato y lo desarmó.

Le recordó que la audiencia era solo para informar a su cliente de los delitos que se le imputan en Estados Unidos, por lo que no había lugar a sus alegatos, que debería dejar para cuando en verdad iniciara el juicio.

Incluso, el juez no tuvo empacho en alertar a la fiscalía sobre la información adelantada por el defensor de oficio.

De pronto, a las 10 con 16 minutos el juez ordenó el desalojo de la sala. Le notificarían al ex gobernador detalles de los delitos imputados y las autoridades norteamericanas apelaban a la secrecía.

Dijo que apenas informado Eugenio, la sesión volvería a ser pública para alumnos y periodistas. Pero no fue así.

La orden fue tajante.

Ya todo es privado, anunció el juez.

Ni siquiera Blanca Nelly Riestra ni Celina Arjona Limas pudieron regresar a su lugar.

Lo que se supo es que ya entrados en detalles saldrían a relucir los nombres de otros personajes implicados en los delitos imputados a Eugenio Hernández y no querían avivar el avispero.

LA MORTIFICACIÓN DE GEÑO

Fuera de la jugada, la abogada respondió algunas preguntas e incluso aceptó que el plan es diferir y retardar el proceso. Al mismo tiempo, explicó la ausencia mañanera de los abogados: una espesa neblina les impidió aterrizar en el aeropuerto y uno fue enviado a Tampico y otro a San Luis Potosí.

-¿Y cómo está Eugenio?

-Ya está más tranquilo, pero en la mañana sí estaba muy mortificado porque no llegaban los abogados.

Se despidió para entrar a la audiencia y entonces le dijeron que no, ni a la sala de sesiones ni a las salas adyacentes.

Y se encerraron Eugenio, el juez, la fiscalía, los defensores de oficio y unos cuantos asesores.

Hasta las 12:00 horas, en que el ex gobernador de Tamaulipas fue sacado en una camioneta blindada en espera de su extradición, que puede ser en 60 días naturales como máximo pero también mucho antes.

Todo depende de sus abogados, esos que de pronto olvidaron todos los caminos que conducen a Tamaulipas…

Por Antonio Arratia Tirado

Notas relacionadas

Botón volver arriba