PLEITO ESCOLAR
Maremágnum
Mario Vargas Suárez
Pleito escolar
Aceptando la idea de que hablar de una buena escuela es muy subjetivo, porque regularmente los parámetros para determinar si es o no una buena institución escolar obedecen a intereses muy particulares.
Podemos hablar de escuelas cuyos estudiantes ocupan lugares destacados en concursos, aunque también podemos hablar de primeros lugares en deportes, en artes, etc. Es falsa la idea de que las escuelas particulares o colegios son mejores que las escuelas públicas, porque en ambos contextos surgen excelentes maestros y alumnos sobresalientes.
El clero en nuestro país ha incursionado como empresarios de la educación en distinto niveles escolares. La misma iglesia católica, a través de distintas asociaciones, busca el Reconocimiento de Validez Oficial de Estudios (REVOE) para los planteles que funda.
Los Legionarios de Cristo como una actividad alterna a la evangelización, han incursionado en la educación de los mexicanos pero… no de todos los mexicanos, solo una parte… solo de cierto nivel financiero.
Esta congregación católica fue fundada en 1941 en la Ciudad de México por el sacerdote michoacano, Marcial Maciel (1920-2008), aunque en 1997 iniciaron las escandalosas acusaciones por abuso sexual de su fundador.
En febrero de 2009 Los Legionarios reconocieron que, su fundador, había procreado varios hijos siendo sacerdote, también aceptaron las acusaciones por abuso sexual que se le hicieron hasta el momento de su muerte en La Florida E. U.
Dos de las escuelas fundadas por Marcial Maciel, que hasta las fecha pertenecen a la élite social, son El Instituto Cumbres y el Colegio Irlandés, quienes protagonizaron un escándalo que solo se está ventilando -aun parcialmente- el Facebook.
El periodista mexicano, Carlos Loret de Mola, de la empresa Televisa, desde el lunes en su noticiero Despierta, habló del zafarrancho que protagonizaron alumnos del Colegio Irlandés al irrumpir en la fiesta de graduación de bachilleres del Instituto Cumbres.
La fuente de información que toma el periodista de televisión, es referida a Rocío González, quien en su cuenta de Facebook habla de las agresiones a dos de sus hijos en un salón de la Expo Santa Fe de la CDMX.
Hasta el cierre de esta edición no hay una denuncia formal ante las autoridades judiciales, aunque dice el gobierno de la capital del país ya abrió expediente para hacer las investigaciones del caso.
Lo que se anticipa es que el escándalo se quede ahí.
De pronóstico es que la nula investigación del gobierno, se espera sea archivada con reportes en cero. ¿Razón? Simple: los protagonistas de ambos lados, son juniors y las influencias siguen pesando mucho en este sistema de gobierno, que no importa el color.
Los que se golpearon entre sí son hijos y familiares de políticos encumbrados -de ayer y hoy- y de grandes, muy grandes empresarios de este México donde el influyentismo sigue “siendo el Rey”.
En el ‘escándalo de pañales de seda’ hay desde moretones simples hasta narices, hombros y muñecas facturadas. Pero aseguran que los puños solo han sido de los juniors, porque los escoltas no se metieron, solo resguardaron los accesos al salón de fiestas.
35 bachilleres del Colegio Irlandés entraron para agredir a un grupo de ocho estudiantes del Colegio Cumbres. Rocío González, la madre denunciante, aceptó en su relato por Facebook que identifica como “J” a uno de los agresores de sus hijos, lo que significa que este junior es hijo de algún magnate de la política o del mundo empresarial.
La conclusión del tema es sencilla. No hay más allá. ¿Dónde está la cultura de la denuncia? ¿Impunidad? ¿Hijos agresivos? Mucho se habla de una descomposición social… ¿En todos los contextos?, ¿Por dónde empezamos? Siempre el hilo se rompe por lo más delgado.