El diputado federal por la vía independiente, Manuel Clouthier, expone los desafíos que enfrentan los aspirantes sin partido, quienes en la elección de este año únicamente lograron 3 alcaldías.
BIANCA CARRETTO
Las elecciones federales y estatales de 2015 marcaron la irrupción de las candidaturas sin partido en los cargos públicos. Un gobernador, un diputado federal y uno local, así como tres alcaldes arrebataron en las urnas posiciones a las que únicamente podía aspirarse si se tenía el respaldo de algún instituto político. A dos años de aquellos triunfos, la figura de estos candidatos parece desdibujarse del escenario político, pues de 138 candidatos que se postularon por esa vía únicamente tres lograron su cometido.
Manuel Clouthier —primer legislador que logró su cargo de manera independiente— considera que aunque ha habido avances en estos últimos dos años en materia de candidaturas sin partido, aún existen aún limitantes, para quienes buscan competir en un sistema dominado por los partidos políticos.
Hijo del excandidato presidencial Manuel J Clouthier (1988), el diputado federal expone la situación que actualmente enfrentan quienes buscan un cargo público sin contar con el respaldo de un partido político, sistema al que renunció en 1990. Si bien, con el PAN logró una diputación federal en el trienio 2009-2012, también renunció a la bancada panista en febrero del 2012.
En entrevista, el actual diputado federal sin partido, quien es uno de los personajes que más ha impulsado las candidaturas ciudadanas tanto en el plano legislativo como por la vía jurídica, habla de los retos que tendrá esta figura rumbo a las elecciones del 2018 y también advierte: Nadie debe esperar que en la figura de candidatos independientes haya seres virginales.
La candidatura independiente es un derecho que tenemos los mexicanos que hemos reconquistado, ya que estas existieron de 1918 a 1946. Y se nos robó este derecho a los mexicanos para consolidar el modelo de partido de Estado. Se nos robó este derecho 70 años y hoy lo hemos reconquistado y es el derecho que tenemos los mexicanos de votar y ser elegidos sin tener que hacerlo a fuerzas por un partido político. No es más ni es menos, es el derecho tuyo, es el derecho mío y de todos de votar y ser elegidos sin tener que hacerlo a fuerzas por un partido político.
Luego encuentra uno las preguntas ¿qué tan independiente será? Es absurdo porque lo que se ha pretendido ahora es como querer desprestigiar la figura. Que no cobre fuerza. Y repito, lo que tenemos es un derecho ¿qué vamos a hacer con ese derecho los mexicanos?, bueno, pues lo que queramos, pero también dejo constancia que si los derechos no se ejercen, se atrofian. Son como los músculos. Entonces es fundamental que este derecho lo ejerzamos.
En los candidatos independientes hay figuras que han sido polémicas ¿esa situación no le resta credibilidad a los candidatos sin partido?
¿En las familias hay de todo, en los partidos hay de todo? Pues en las candidaturas independientes va a haber de todo. Es el derecho de todos los mexicanos de votar y ser votados. Entonces va a haber de todo. Nadie debe estar esperando que en esta figura va a haber seres virginales. No hay razón para esperar eso, ¿quién dijo? van a ser candidatos independientes los mexicanos que quieran y cumplan los requisitos.
Usted buscó la presidencia por la vía independiente en 2012 ¿percibe que ha habido avances desde entonces?
Fue el 15 de marzo (de 2012) que me presenté ante el INE (Instituto Nacional Electoral), me negaron el registro y eso me abrió la lucha política y jurídica por conquistar este derecho. Sin embargo, el Tribunal en aquel entonces me dijo que era un derecho de configuración legal. ¿Cuál es la lucha que estamos librando ahora?, que al ser de configuración legal, dijo el legislador: yo tengo libertad de configurarlo. Eso es parcialmente cierto porque si es derecho humano de configuración legal, la libertad de configuración está acotada por la parte de que es derecho humano, cosa que hoy no respeta la legislación.
La legislación federal en México, aún es restrictiva y discriminatoria y en algunos estados, las famosas llamadas ‘leyes anti-Bronco’ son peor. Hay mucha lucha por dar todavía y en eso estamos ahora, pero es una nueva etapa.
¿En qué etapa está esa lucha?
Ahora tenemos que lograr que sea realidad un principio de derechos humanos que se llama el principio de oportunidad efectiva, donde no basta que se te reconozca el derecho, si no debe existir la oportunidad real y efectiva de poder ejercerlo. En México el nivel de trabas de requisitos y condiciones que se le ha establecido pues buscan todavía limitar el ejercicio de este derecho. Cuando como concepto de derecho humano que es debería buscarse ampliar como lo sostiene el principio de progresividad que es uno de los principios fundamentales de derechos humanos y que consagra el mismo artículo primero constitucional.
¿Qué pasó en México? La legislación federal nos amplió el derecho y las legislaciones ‘anti-Bronco’ estatales lo restringieron. Por eso estamos dando la pelea jurídica y legislativa, porque cuando nos dicen que todas las autoridades en el ámbito de sus competencias tienen la obligación de promover respetar, promover, proteger o garantizar los derechos humanos, cuando se habla de todas las autoridades, por supuesto, se habla de autoridades ejecutivas, pero también las legislativas.
¿Cuáles son los limitantes de la legislación actual?
La actual ley discrimina por dos conceptos esencialmente: discrimina por género, por ejemplo, mi suplente por ley no podía ser mujer. Yo lo peleé jurídicamente y lo gané. Entonces, mi suplente es mujer, pero soy el único candidato de 1,500 que contendimos que su suplente fue mujer. También se discrimina por filiación política en la ley: Desde el momento que se le prohíbe a ciudadanos partidistas no poder ser candidatos independientes los está discriminando, porque es como si pusiéramos un requisito para que yo, sin ser militante, no pudiera o que me obligaran a tener militancia mínima. Tan discriminatorio es que se quiera prohibir a los ciudadanos no militantes ser candidatos, como a los militantes de partido ser candidatos independientes.
Por ejemplo, se le sigue discriminando en el tema de la reelección, eso es totalmente discriminatorio. Dice la ley que si el día de mañana te quieres reelegir tienes que hacerlo por el mismo partido o la misma vía que te elegiste. Eso es discriminatorio. Porque el derecho a reelegirme, es el derecho a elegirme y por lo tanto no lo puedes restringir obligando a la gente a pertenecer a un partido político.
¿Y sobre los requisitos?
El problema es que se establecieron requisitos que son considerados como irrazonables. Y esto no es que te pidan firmas, es que te piden que en el formato de las firmas anexes copia de la credencial de elector. Ese sí es un requisito restrictivo, es un requisito irrazonable. Para qué el INE necesita copia de la credencial de elector, si él las tiene, si él las emite. Basta la clave de elector, el nombre y la firma para que el INE tenga los elementos para verificar lo que tenga que verificar.
¿Qué busca de parte del legislador mañoso y partidario con pedir la copia? Busca que sea más difícil juntar las firmas. ¿Por qué? porque a la gente le va a dar desconfianza darte la credencial para sacarle una copia. Es hacértelo difícil, porque ya de hecho el Tribunal Electoral había dicho que pedir la copia de la credencial es un requisito irracional y desproporcionado.
Y ya en el ejercicio, ¿qué otros obstáculos encuentran?
La dificultad estriba en que en 2015 los mexicanos no supimos entender la importancia de lo que nos convenía en la segunda mitad del sexenio. Yo le decía a la gente en mi campaña: ¿Qué te conviene a ti: un congreso cómplice o un congreso de contrapeso?. En Culiacán, la gente del quinto distrito de Sinaloa se decidió por un candidato contrapeso que es un servidor. Pero la mayoría, decidieron regresarle la mayoría en el Congreso al PRI. La mayoría decidió que lo conveniente era que la mayoría parlamentaria fuera del mismo partido que el presidente. Y eso es lo que estamos viviendo en esta legislatura. Es decir, no estamos viviendo los problemas de ser diputados sin partido, sino que estamos viviendo los problemas de tener una mayoría priista, y eso lo padecemos todos los que somos diputados de oposición.
