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Muertos chiquitos

Maremágnum

Mario Vargas Suárez

En medio de noticias nacionales que no dejan de enmarañar el mundo político de los mexicanos cuando nos enteramos que Los Duarte, uno de Veracruz y otro de Chihuahua, son mala noticia nacional.

Ayer se hicieron públicas las imágenes de un rancho, propiedad del gobernador de Veracruz con licencia Javier Duarte de Ochoa, en Valle de Bravo, Méx., donde queda de manifiesto un desmedido robo a las arcas de los veracruzanos, aunque esta escriturado bajo nombres prestados.

También algunos presidentes municipales de Veracruz, fueron captados por cámaras de la TV nacional en el reclamo al tesorero de Duarte y ahora al interino gobernador, por el desvío de partida presupuestales que se encaminaban hasta para el pago de policías y como respuesta fue aceptar el desvío para destinarlo a ¡seguridad pública del estado!

Otro Duarte, también ex gobernador y del tricolor para terminar de fastidiar a ese partido, apareció una denuncia por despojo de miles de hectáreas que el gobernador César Horacio Duarte Jáquez (2010-2016) hizo en contra de dos mujeres: Guadalupe Chaparro y a su hija María Elena Ochoa, de 84 y 58 años de edad.

Ambas mujeres fueron acusadas de invadir dos propiedades, supuestamente de la familia Duarte, aunque las mujeres aseguraron que los ejidos, de aproximadamente dos mil 100 hectáreas, les pertenecen desde hace décadas, ya que el esposo de Guadalupe y padre de María Elena, Mauricio Ochoa, fue siempre el propietario original.

México, siempre cruel.

En temas más amables le comento que la celebración a la muerte es una tradición mexicana que viene dándose desde las culturas prehispánicas

El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA) en su página de internet, asegura que la UNESCO, en el 2003, declaró el Día de Muertos mexicano como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

La fecha oficial de la celebración es el día 2 de noviembre, aunque las conmemoraciones inician desde el día primero con el culto a Los Muertos Chiquitos, es decir, a las personitas que murieron siendo bebés, niños o adolescentes.

En realidad no hay quien determine una edad para decidir un límite entre el muerto adulto o infante, aunque en todos los rincones del territorio nacional la celebración de Los Santos Difuntos -como los define la iglesia católica- adquiere características regionales específicas.

Mixquic, en la CDMX, está situada en los límites con EDOMEX, según los historiadores, fue fundado en el año de 1168. Su nombre se relaciona con el mezquite que es un árbol que produce cierto tipo de goma.

Para que usted se dé una idea aproximada de la antigüedad de esta población, le recuerdo que Crisóforo Colombo, mejor conocido como Cristóbal Colón, descubrió tierras americanas el 12 de octubre de 1492 y Hernán Cortés dominó a los aztecas en 1521.

Mixquic forma parte de los siete pueblos de Tláhuac, los que conservan sus características rurales y tradiciones: San Juan Ixtayopan, San Nicolás Tetelco, Santa Catarina Yecahuizotl, Santiago Zapotitlán, San Pedro Tláhuac y San Francisco Tlaltenco.

Originalmente, Mixquic era una isla rodeada por las aguas del lago de Chalco. Tribus chichimecas, chalcas y cuitlahuacas fundaron este pueblo y debido a su situación geográfica, hicieron de la pesca su actividad principal junto con una forma especial de cultivo: las chinampas.

La celebración de Los Muertos en Mixquic viene de tiempos ancestrales y lo que usted puede encontrar desde la tarde noche del día uno de noviembre es el peregrinar del Campanero, que simula un cortejo fúnebre con el ataúd, los dolientes y entre éstos la afligida figura de la viuda.

La finalidad del recorrido por los cuatro Barrios (San Miguel, San Bartolo, San Agustín y Los Reyes), cada uno ubicado a los extremos de la población y simbolizados por una cruz labrada en piedra y posada en su pedestal, es la de recolectar comida, bebidas y frutas que conformarán la Ofrenda Central que establece en el centro de la Plaza Hidalgo.

Las autoridades del gobierno de la CDMX han puesto atención en la organización de los lugareños porque son miles de turistas del mundo -incluyendo los nacionales- quienes visitan San Andrés Mixquic.

Además de la celebración de muertos y su valiosa arquitectura, Mixquic es ya por tradición un barrio agrícola, ya que son más de mil hectáreas de producción de hortalizas, al grado que se envían solo en un día, más de 100 toneladas de verduras a la central de abastos de la CDMX.

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