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¿ Quién tira la primera piedra ?

QUIJOTEANDO POR NICASIO FONSECA LOPEZ

Muy temprano, Egidio Torre ha empezado a conocer la ingratitud del poder; a escasas horas de haber entregado la gubernatura, quienes ayer lo elevaron al nicho destinado para la grandeza histórica, hoy lo bajan de su falso pedestal, ubicándolo como el mortal que es, con más pecados y defectos inclusive de las personas oridinarias.

El poder en México para los gobernantes no sabe de medias tazas, es total y por lo tanto no es democrático; el que manda, manda y si se equivoca vuelve a mandar. Sus cercanos no son colaboradores, si no subordinados incapaces de contradecir al jefe; ante esta mascarada de amistad, el gabinete integrado por FJGCV, tiene su mayor responsabilidad en hablarle siempre con la verdad, por más difícil que sea el tema de su competencia, sin las «mentiras piadosas» que pudieran evitarle «el mal humor».

En Tamaulipas, durante los últimos sexenios, salvo el régimen del Ing. Américo Villareal que se distinguió por su bonomía y ecuanimidad política, el resto de los gobernantes ejercieron el poder casi de manera autocrática, donde su palabra era voluntad cumplida, aún estuviera equivocada.

Más sin embargo, dice el dicho popular: No tiene la culpa el indio, si no el que lo hace compadre ¿ quienes hacen o hacemos compadre al indio ?, la ciudadanía que se muestra apática e indolente frente a los excesos del poder, los colaboradores inmediatos que no dimensionan la responsabilidad constitucional del encargo público, los medios de comunicación cuyos intereses se privilegian sobre el compromiso social de informar y formar opinión con la verdad.

Hace unos días, de manera casi irresponsable, lo confieso, nos reíamos una vez más, asombrados por lo que consideramos el enésimo dislate de Enrique Peña, cuando reflexionando sobre el flagelo de la corrupción en todos los ámbitos de la sociedad, afirmó: «no hay alguien que se atreva a arrojar la primera piedra».

Hoy, pasados los días, le decimos a Enrique Peña que tuvo suerte de no haber pronunciado tan desafortunada expresión frente a los más de cincuenta millones de pobres en México, los miles de verdaderos maestros que en el país entregan su esfuerzo y capacidades por la niñez, o mínimo, ante la empobrecida gente del campo cuyo mayor pecado es haber nacido marginados sociales.

Con todo y sus errores, nadie de su gabinete se atreve a señalar al presidente sus errores; ¿ cómo estuve en el mensaje ? ¡ excelente señor, profundo, filosófico y sensible..! suelen ser las respuestas más comunes, como desafortunadas de sus asesores y miembros del gabinete.

¿ A los gobernadores ? lo mismo; privilegiados virreyes cuyo poder les otorga la capacidad para tocar, cual Rey Midas, el hombro de quienes por obra de su gracia pública habrán de ser los nuevos ricos del sexenio. Hoy en Tamaulipas, García Cabeza de Vaca ha comprometido un gobierno honesto, transparente, de combate a la corrupción e impunidad; el tiempo será su mejor juez.

En Tamaulipas es práctica recurrente la subordinación de los más importantes sectores de la sociedad civil al poder sexenal, convirtiéndose en sus apologistas políticos, siempre en aras del interés financiero; ante un nuevo gobierno estatal, la ciudadanía tiene fundadas esperanzas del cambio comprometido por FJGCV, cambio que el Gobernador ha ratificado en su discurso: se acabó la impunidad y la corrupción, porque quien falle, se le aplicará la ley.

¿ Cuántos amigos quedaron al final para Egidio Torre ? lo sabrá pronto; la ingratitud humana resulta el anti valor más común, y hoy, aquellos ( y aquellas ) que le dedicaban elogios y reconocimientos hasta para su señor padre, empiezan a ser sus principales críticos y no lo dude usted, quienes terminen por crucificarlo.

Mucho cuidado habrá de tener Francisco Javier García Cabeza de Vaca para no caer en la debilidad del falso elogio, de las palabras melosas que expertos cortesanos saben pronunciar en el lugar y los momentos precisos, o los reconocimientos mentirosos de ciertos círculos sociales, para los cuales la cercanía del poder resulta el mejor negocio.

¡ El Rey ha muerto… viva el Rey..!. La vida política, social y económica de Tamaulipas continúa; cambian los colores, la logística oficial, los cuadros directivos y hasta el partido en el poder, pero los intereses deben seguir siendo los mismos, aunque en el pasado reciente no se respetaran: la vida, la seguridad, la paz social y muy, pero muy especialmente, la tranquilidad de todas las familias tamaulipecas; contando con estos elementos, lo demás viene por consecuencia. Usted ¿ qué opina ?.

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