Ramiro se destapa
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Raúl Hernández Moreno
El lunes 18, después del mediodía, el diputado local Ramiro Ramos Salina, se reunió con los dirigentes de los sectores y organizaciones del PRI, para exponerles su intención de buscar ser candidato en el 2018.
Fue una reunión privada y hasta ahora algunos de los asistentes han confirmado las intenciones de Ramiro, pero sin entrar en detalles.
Se está en espera de que algo similar realice la diputada federal Yahleel Abdala, con el añadido de que ella espera que se defina el proceso de elección del nuevo presidente del Comité Directivo Estatal del PRI, pues podría ser la secretaria general, haciendo fórmula con Edgar Melhem Salinas.
Claro, eso no la obstaculizaría en su búsqueda de la candidatura en el 2018, pues a fin de cuentas cuando era secretaria general del PRI en Nuevo Laredo dijo que no buscaría ninguna candidatura y terminó en la diputación federal; desde esa posición dijo que terminaría su período y sin embargo desde el primer día buscó la candidatura a la alcaldía de Nuevo Laredo, estuvo a punto de serlo y hasta hubo quien le mandó hacer 10 mil camisetas de apoyo, pero al final le quitaron la candidatura.
Total que Ramiro y Yahleel se apuntan para el 2018. El primero para la alcaldía o la diputación federal y la segunda para la alcaldía. Sorprende que quieran postularse cuando el PRI viene de una aplastante derrota con más de 26 mil votos de diferencia, con el añadido de que se perdió la gubernatura, 29 municipios y 15 distritos. Casi todo.
En medio de esta noticia que agradó a muchos priistas, por el ánimo que demuestran Ramiro y Yahleel, esta semana se dio el incidente que tiene a Benjamín García Marín con un pie afuera de la secretaria general de la CNOP. Su destitución no es definitiva. El hombre está dando la batalla, igual que la dio en el 2014, cuando revirtió el intento de removerlo.
Resulta bastante obvio que si finalmente lo hacen a un lado y se permite a los cenopistas escoger sustituto, al frente del sector quedará alguien afín al propio Benjamín, quien mantiene unidas a más del 90 por ciento de las organizaciones adheridas.
Este intento de quitarlo viene a ahondar el clima de división y derrota que se respira en el PRI, luego de cuatro derrotas electorales al hilo, pese a lo cual hay quienes insisten en que de las derrotas se aprende, como si pretendieran conseguir un doctorado.
Hay quienes insisten en culpar a la CNOP y a la CTM de las derrotas del PRI, cuando en realidad han sido producto de múltiples factores: los malos gobiernos federal, estatal y municipal; los malos candidatos; la situación económica; la compra de la estructura territorial por parte de los opositores; las campañas negras en las redes sociales y algunos medios tradicionales; las traiciones cupulares; las estrategias de campaña mal aplicadas; el alejamiento de personajes que hicieron campaña para Baltazar, pero no para Héctor Canales y un largo etcétera. La derrota es de todos, incluidos los militantes priistas y los ciudadanos apartidistas que le dieron su voto al PRI y querían que ganara.
Pero ya se sabe que la derrota es huérfana y de la victoria todos exigen la paternidad.