Por: Mauricio Fernandez Díaz
La imposición de la maestra Peraza, avalada por el gobernador Egidio Torre Cantú y aceptada como cuota de poder por el candidato Baltazar Hinojoza Ochoa provocó un movimiento telúrico con desprendimientos de cuadros importantes, algunos de los cuales renunciaron al partido después de 40 años de militancia y otros de plano emigraron al PAN.
La derrota esta cantada para la candidata del Verde Ecologista, PANAL Y PRI que a su vez arrastrara en su caída a Baltazar Ochoa, pudiendo salvarse los candidatos a diputados dado que el PAN postulo a dos damas que son muy conocidas por los rumbos de las exclusivas colonias en las que radican.
La defección de importantes cuadros priistas como el profesor Javier Aguirre, Miguel Manzur y Mario Leal, aun y cuando ha querido ser minimizados por los tricolores, lleva un profundo mensaje lleno de reproche, dolor y sentimiento de frustración; Aquí estos cabezas de grupo solo están reflejando el lamentable estado en el que se encuentra la militancia, los líderes de colonos en la que el PRI siempre se ha recargado para ganar o arrebatar una elección; hoy la mayoría están decepcionados y dispuestos a jugar con otra baraja.
Aún más, ese fenómeno de renuncia y migración de priistas al PAN se ha venido dando en toda la geografía tamaulipeca, señal de que en el ambiente flota ya una espesa nata conformada por ingredientes como imposición de candidatos, manejo patrimonial del partido, cuatachismo, compadrazgos y herencias políticas a la hora de definir planillas y lo peor, la rebeldía, el repudio hacia gran parte de quienes han sido nombrados como parte del equipo de campaña del candidato.
Ese equipo huele a Eugenio Hernández, a Tomás Yarrington, a Cavazos Lerma y un poco a Egidio Torre Cantu, a podredumbre y 6 años más de saqueo y desgobierno.
Basta ver quienes van como plurinominales en las primeras posiciones para saber quién manda realmente en la política estatal; Alejandro Etienne , Susana Hernández y Rafael González Benavides van en las 3 primeras posiciones por lo que tienen asegurado su ingreso al Congreso del Estado; son gente de Eugenio Hernández, por si había duda de cuál es el real peso que actualmente tiene este personaje y aún más, la lectura alcanza para señalar la profunda debilidad del gobernador saliente Egidio Torre Cantú
Y si a esto –nos faltó el análisis de quienes integran el equipo de campaña de Baltazar, lo más rancio (en el sentido peyorativo de la palabra) del priismo saqueador, delincuencial y corrupto del PRI) nos quedan candidatos como Peraza Guerra y Baltazar Ochoa: Ambos, renegados de su partido; La varonil señora se cambió al PAN y ahora al Verde, y Baltazar rehúsa utilizar el logo del PRI por el brutal descrédito que pesa sobre su partido y ahora, con el escándalo en que se vio envuelto su primo hermano Hinojoza Cantú, primero en las construcciones de la Casa Blanca de Peña Nieto y en la de Videgaray y ahora como defraudador fiscal, Baltazar ha optado por retirar de su publicidad el apehido Hinojoza; no sea que lo vayan a confundir con su deshonesto pariente o lo vayan a asociar mucho con el PRI.
Poco a poco se empieza a escribir la crónica de una derrota anunciada.
