VIDA DIARIA
POR: Rosa Elena Gonzalez
Dice el refrán que nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde y es muy real, muchas veces no le damos el justo valor a las cosas hasta que carecemos de ellas, así nos damos cuenta cuanta falta nos hacen.
Poca importancia le damos a todo lo que está a nuestro alcance, pensamos que siempre estará ahí para nosotros, que no hay necesidad de cuidarle, amarle y respetarle, incluso muchas veces le maltratamos, hacemos mal uso de sus encantos y cuando la vida nos muestra que es algo vital en nuestro diario vivir y no la tenemos es cuando más la deseamos, enloquecemos al darnos cuenta cuanto la necesitamos.
Ayer el destino, quizá las circunstancias o desatención de algunas autoridades, le jugó a los victorenses una mala jugada, un accidente dejó a la mayoría de los habitantes de la capital tamaulipeca sin agua potable, sin el vital líquido, y la ciudadanía hoy se siente enloquecer, anhela el agua en las llaves poderla tener.
Las autoridades de la Comisión de Agua Potable alegan que fue un recalentamiento que provocó el estallido de un transformador en la planta de rebombeo que hace que el agua de la presa Vicente Guerrero llegue a esta ciudad, será el sereno, pero hoy no se tiene esa fuente de vida.
Comunican que será de 3 a cuatro días los que la mayoría de los victorenses se quedaran sin agua, que tiene que cambiar el transformador con maquinaria pesada y remplazar muchos kilómetros de cable que resultó afectado con el estallido, que deben trabajar en coordinación con la Comisión Federal de Electricidad para restablecer el servicio.
Poco le importa al pueblo las aclaraciones, la gente solo ve que no tiene agua, que serán muchos los días los que se quedaran sin el vital líquido, que no habrá para la limpieza del hogar ni las necesidades básicas de aseo personal y sanitario, razón por la que hoy las redes sociales están saturadas de comentarios reflejando el malestar, que hoy no se pueden bañar, como el ecoloco loco no quieren andar.
Informan que todo se debe a un lamentable accidente y la verdad es que puede suceder en cualquier ciudad y ante eso no queda más que aguantarnos aunque muchos ciudadanos ni siquiera tuvieron tiempo para tomar precauciones y hoy sufren por la falta de agua potable, los imprevistos no avisan, solo suceden, lo malo es que muchas amas de casa sufren las de CAIN, sobre todo cuando se tienen niños y ancianos que es indispensable que el entorno sea salubre.
Lamentable, pero también hay otras versiones en las que tampoco se descarta que el equipo ya hubiera rebasado su tiempo de vida útil, que no tuviera supervisión permanente, ahí las autoridades debieron de estar preparadas y claro que tienen responsabilidad.
En fin, la situación es que explotó un transformador en la planta de rebombeo que provocó que buena parte de Ciudad Victoria se quedara sin agua, que las autoridades dicen que serán cuando menos tres días los que no habrá ni gota.
COMAPA y CFE deben de aplicarse para que la Noche Buena no sea una sucia noche, pero como se ve la situación difícil será la solución, así es que no quedará más que hacer de tripas corazón y aguantar los inconvenientes, ojalá y las autoridades se apliquen y les lleven a las colonias y zonas altas de la ciudad agua, aunque sea para sus necesidades primarias.
Involuntariamente desde ayer la mayoría de los victorenses están como el ecoloco y no es precisamente porque odien el agua y el jabón y les guste estar sucios y desaliñados sino que no se cuenta con el vital líquido.
De lo malo saquemos lo bueno, la experiencia, aunque sea muy lamentable y desagradable, nos servirá para que aprendamos a darle el justo valor a las cosas, amar lo que tenemos, a darnos cuenta el valor que tiene el agua y la cuidemos como el gran tesoro de vida.
Por supuesto que eso no exime a las autoridades de su responsabilidad, de que deben hacer hasta lo imposible para restablecer el servicio de agua potable lo más pronto posible, que no se hagan locos y se apliquen para que en cada hogar se tenga el vital líquido de regreso y podamos recibir al niño JESUS como se debe, limpios de cuerpo y alma, tal y como se debe.
