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EL SUR ESTA QUE ARDE.

ANECDOTARIO.
POR JAVIER ROSALES ORTIZ.

RELATO 1.-Si cito la conseja popular de que “nadie aprende en cabeza ajena”, si sería saludable que en el sur de Tamaulipas los candidatos del PRI bien se las deben ingeniar para que con la habilidad necesaria no imiten los errores que sepultaron de una patada a quienes en el pasado reciente buscaron la victoria y no la lograron.
Y es que aun está fresca la imagen tan deprimente que proyectó durante su campaña política el candidato del PRI por el 7 Distrito Electoral, Sergio Posadas Lara, en la última elección federal, un petrolero prepotente, grosero, paletoso, antipático y todo lo demás que Usted le quiera agregar.
Sergio nunca ocultó que acercarse al populacho como que le producía “asquito”, tan es así que los mismos colonos de Madero se remitían a aplaudirle a su paso, pero de lejecitos, solo para justificar la paga y para respetar el acuerdo contraído.
El, se convirtió en la oveja negra de los candidatos que se la jugaron en aquella elección y, cómo no, si arribaba a los eventos en notorio estado etílico y, por supuesto hasta una hora después de lo programado, lo que le gano severas llamadas de atención por parte de sus compañeros y autoridades de su partido.
Pero lo más criticable de ese candidato fue que se hacia rodear por un grupo de choque que impedía que los votantes se le acercaran, inclusive la prensa, tal vez porque tenía la seguridad de que abrigado por el poderoso sindicato petrolero y por su evidente potencial económico, iba a arrasar.
Cuentan que solo en una ocasión mostró un ligero signo de humildad durante su campaña y fue cuando en una plaza de Madero se separó del grupo y se acercó a un modesto vendedor de elotes para solicitarle uno de sus productos, el cual saboreó, no sin antes entregarle al comerciante uno de sus volantes con su rostro impreso. Por supuesto que después se retiro rápido hacia su flamante camioneta y devoró en su interior el resto del delicioso manjar.
Eso y otros desvaríos que fue acumulando lo hicieron que mordiera el polvo.
Y algo similar se dice de la candidata por el 8 Distrito con cabecera en Tampico, Mercedes del Carmen Guillen Vicente, una mujer de indudable preparación académica y profesional, pero a la que no se le da natural el roce con el pueblo.
Aunque ella es carismática, culta y trata en el fondo de ser simpática, me dicen que el populacho la ve con recelo, porque brota la evidente diferencia entre una dama que parece ser de alcurnia y una plebe que está acostumbrada a hablarse de tu y de rayarse veinte veces al día su progenitora.
Doña “Paloma” es amable, atenta y servicial, pero le falta que la sencillez espontánea asome de vez en cuando por su puerta para que penetre bien entre el pueblo.
Tampoco, sugiero, que Carmen Salinas le de una cátedra, no, porque eso ya rayaría en el exceso.
Esdras Romero Vega, candidato por el 7 distrito con cabecera en Madero, y Mercedes enfrentan además algunos problemas respectos a los integrantes de lo que será su coordinación de campaña, donde los desplazados y los resentidos, ya empiezan a soltar la sopa.
Deben asimilar que en la última elección y, sin hacer campaña, el PAN le arrebató al PRI casi la totalidad de los puestos de elección en juego.
Por eso, ellos si deben de aprender en cabeza ajena.

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