MAREMAGNUM
Mario Vargas Suárez
Acostumbramos a llamar, como el título de esta columna, a las personas que actúan con una doble moral. Es decir, con un doble discurso, con un actuar desconcertante.
Con toda seguridad ese fue el fiasco que se llevaron los asesores presidenciales al ver el tremendo error que cometieron con los maestros de México, cuando temieron un gran movimiento magisterial tras enterarse de que ‘su líder’, Elba Esther Gordillo Morales, estaba tras las rejas, por los delitos que me diga.
Me parece que los ‘sesudos’ del presidente nunca pensaron que en realidad la verdadera piedra en el zapato, el cadillo en las partes nobles del gobierno federal y el de los estados, era la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y sus filiales en Guerrero, Michoacán, Morelos, parte del EDOMEX y la misma capital del país.
En realidad, Elba Esther Gordillo, nunca representó un problema real dentro del magisterio, pero sí un problema por su habilidad política para moverse y presionar los puntos neurálgicos de la política mexicana.
Gordillo Morales, ahora recluida en el penal femenil de Tepepan en el DF, siempre fue sabedora del manejo de masas en cada región del país, por ello fingía una vida democrática en las filas del SNTE, donde finalmente sometió a los líderes seccionales.
La Doble Cara de la Educación, es la que dan los maestros, por un lado, los afiliados al SNTE, cuyas características principales son la nobleza, la bondad, el trabajo, la disposición y sobre todo la disciplina.
Son los docentes que sexenio a sexenio son sometidos a reformas educativas que a capricho de los gobernantes realizan «cambios estructurales para formar mejores mexicanos». Por lo menos pienso que esa idea que les han vendido como «novedad» y caen, sometiendo a un gremio al capricho de las reformas.
El otro grupo de docentes son los antagónicos al sistema y tienen su origen desde la década de los años sesenta y so pretexto de una lucha laboral, fueron caracterizados por su radicalismo en la petición de un aumento de salario.
Desde luego que no niego de ninguna forma que la petición salarial del Movimiento Revolucionario del Magisterio (MRM), del guerrerense Othón Salazar, haya sido inválida o ilegal. Pero sí afirmo, ha sido un movimiento al que se incorporaron maestros inconformes con todo, aparentando seguir la doctrina desalienante de Genaro Vázquez Rojas o del también profesor Lucio Cabañas.
En esta era, la del presidente Enrique Peña Nieto, particularmente los miembros de la Coordinadora de la Educación de Guerrero, la CNTE de Michoacán y la misma Sección 22, de Oaxaca, se han distinguido del resto de los profesores del país, por su radicalismo.
Apenas inició este 2015, reanudando el ciclo escolar, también se reanuda una de las grandes batallas políticas del gobierno federal, con la de la Coordinadora (CNTE) y que veremos en los próximos meses, por la aplicación de la reforma educativa, sobre todo en los estados de Michoacán, Guerrero y Oaxaca.
Si el mes de diciembre el ‘privilegio de la violencia’ se concentró en la CETEG y en Guerrero, al reanudar las clases en todo el país, la funestamente célebre sección 22, que literalmente se había tomado vacaciones, regresó con mayor ahínco a las tomas de aeropuertos, carreteras, casetas, gasolineras y tiendas departamentales.
El espíritu de los que cobran pero que no trabajan, pareciera está renovado, cuando ocupan el aeropuerto de la ciudad de Oaxaca y hasta pintando consignas en las propias pistas de aterrizaje, poniendo en peligro la infraestructura aeroportuaria y la de seguridad aérea.
Esta vez, los de la sección 22 del SNTE se trasladaron a Huatulco, donde también hicieron de las suyas y también tomaron el aeropuerto local, bajo la permisiva mirada de las autoridades del estado.
Una reacción al ataque de los maestros de la sección 22, fue de los taxistas, vendedores y pequeños operadores turísticos, que organizados terminaron corriendo a golpe limpio y a palazos del aeropuerto de Huatulco.
La estrategia gubernamental de plantear la ‘reforma’ para atacar a los maestros del SNTE estuvo mal. Prueba de ello, Gordillo ha sido abandonada por los que fueron sus más estrechos colaboradores y tanto Rafael Ochoa Guzmán -presidente del PANAL- como Juan Díaz de la Torre -Presidente del SNTE- se han negado a declarar en favor de la de Chiapas.
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