Quieren su tajada de la energética
Con el pretexto de impulsar un referéndum para la reforma energética del país, Marcelo Ebrard y sus seguidores trazaron la ruta para que el Movimiento Progresista tenga presencia en todos los estados, municipios y distritos electorales del país.
Con la leyenda: “Modernizar Pemex: Sí; Reforma al Artículo 27: No”. El petróleo es de México”, Ebrard y el Movimiento Progresista armaron una campaña exprés a difundirse en bardas y lonas a fin de sumarse a la polémica generada por el debate nacional que generó el tema Pemex.
La bandera de los progresistas también pregona la frase “Que México decida” a efecto de impulsar el plebiscito en torno a la reforma que presentó el gobierno federal.
En tanto Ebrard aprovecha para posicionarse, el jefe de gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, prepara su propia estrategia para desahogar sin tensiones los mítines y posibles marchas convocadas por Andrés Manuel López Obrador, que se apoderarían de las calles de la capital.
La agenda progresista
Mientras que Mancera Espinosa convocó a los gobernadores de izquierda del país a analizar la propuesta que presentó el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, su antecesor, Marcelo Ebrard, promueve el movimiento ciudadano para rechazar la que él llama la reforma Peña-PAN.
Trepado en el tren de la polémica, Marcelo Ebrard preparó su discurso en torno al tema de la Reforma Energética, que dicho sea de paso, le permita estar en todos los foros y regresar de una vez por todas a acaparar los reflectores.
En la lista de los progresistas aparecen el diputado local Adrián Michel Espino; el ex líder del PRD en el DF, Agustín Guerrero, y muchos de sus colaboradores durante su administración, Alberto Esteva Salinas, Armando Quintero Martínez (Setravi), Ernesto Molina Yáñez, Francisco Bojórquez Hernández (Metro), Gustavo Cabrera Hernández e Irak López Dávila (Red Ángel).
También lo apoya el diputado federal, José Ángel Ávila y el jefe policiaco de la Secretaría de Seguridad Pública local, Julio César Sánchez Amaya, con indicativo Pegaso.
Entre los afiliados progresistas también están Luis Rosendo Gutiérrez Romano, Mario Carrillo Huerta, Mario Delgado Carrillo, Ramón Montaño Cuadra, el incondicional René Cervera y el exdiputado Vidal Llerenas Morales.
Junto con todos ellos, Ebrard armó el plan de crecimiento y organización del Movimiento Progresista que contempla la campaña nacional de información sobre las reformas energética y fiscal que pretende el ejecutivo federal.
De acuerdo con esta ruta se aprovecharía el debate nacional para distribuir los sábados y domingos de agosto miles de volantes donde se contraste la propuesta privatizadora del PRI con la postura de la izquierda en los espacios públicos.
Agosto es el mes clave para el activismo de los progresistas, quienes también se propusieron poner en marcha una campaña para lograr que los ciudadanos envíen a los legisladores un mensaje donde se les exija que antes de votar por las reformas energética y fiscal en las respectivas cámaras, hagan una consulta ciudadana.
Para este 25 de agosto se sumarán a la Consulta Nacional sobre la reforma petrolera a la que convoca el Consejo Nacional del PRD.
Luego, el 30 de agosto próximo realizarán la jornada nacional en defensa del petróleo a través de la celebración de un foro progresista en la que se prepara una convocatoria ciudadana masiva.
De manera simultánea aprovecharán la coyuntura y el debate nacional para presentar la que ellos llaman la reforma energética progresista, “modernizar a Pemex y defender a México sin modificaciones al artículo 27”.
Y es que a decir de los progresistas la reforma “Peña-PAN”, como la llaman, propone que la iniciativa privada entre al 100 por ciento en las actividades del sector.
“En otras palabras, se propone permitir la participación del sector privado internacional como inversión primaria y como complemento la inversión nacional en: exploración, explotación, refinación, transporte, almacenamiento, distribución, las ventas de primera mano del petróleo y los productos que se obtengan de su refinación”.
A partir de lo anterior los progresistas lanzan el llamado para evitar la reforma “Peña-PAN” pues así como se plantea el aprovechamiento sería para las compañías privadas y no en beneficio del país.
“Si se cede parte importante de la renta petrolera al sector privado, habría menos recursos para Estados, Municipios y programas sociales”, apunta una de las 16 razones progresistas para frenar la reforma de Enrique Peña Nieto.
Con sus razonamientos, Marcelo y los progresistas provocan a la ciudadanía ya que advierten que de aprobarse la iniciativa del gobierno federal, habría “despidos y sustitución de trabajadores mexicanos por mano de obra extranjera”.
“El camino que han decidido el presidente Peña y el PAN no es vender los tornillos de Pemex, sino abrir al sector privado las áreas económicas sustantivas de toda la cadena de valor del petróleo y esta vía es la más costosa para el país en términos económicos, financieros, fiscales, políticos y sociales”, apuntan los progresistas.
Autonomía para el DF
En medio de esta polémica por el tema petrolero, el gobierno capitalino será el escenario de batallas propias y ajenas. La de Andrés Manuel López Obrador contra Enrique Peña Nieto; la de Marcelo Ebrard por ganar terreno para los progresistas.
Pero el jefe de gobierno tiene su propia batalla y al parecer su agenda propia, pues mientras el país discute la reforma energética, él presentó su propuesta de reforma política para el Distrito Federal.
El Consejo Rector del Pacto por México recibió el documento para su discusión mientras se negocia la reforma político-electoral que se presentará al Congreso de la Unión.
De la propuesta que entregó el jefe de gobierno destaca la modificación al artículo 122 que hace hincapié en el papel del Distrito Federal como ciudad capital y sede de los poderes de la Unión, pero que exige gozar de autonomía en todo lo concerniente a su régimen interior y a su organización política y administrativa. Cada quien su cuento.