Imagen pública
Maremágnum
Mario Vargas Suárez
La imagen pública se concibe por una generalidad, pero partamos que la palabra ‘imagen’ debe interpretarse como una percepción y ésta es la sensación que resulta de una impresión material que ingresa a la mente por los sentidos -oído, vista, gusto, olfato, tacto-.
Cuando una imagen es compartida por muchas personas, se transforma en una imagen colectiva, por lo que imagen pública es «La percepción compartida que provoca una respuesta colectiva unificada».
La imagen pública presidencial al despuntar diciembre de 2014 es con críticas muy severas a la figura presidencial de Enrique Peña Nieto.
Varios periódicos nacionales han hecho las nefastas, pero necesarias comparaciones, con los dos presidentes panistas de la historia mexicana, en diversos aspectos de la economía nacional que justifican la pérdida de popularidad y simpatía del hombre de Atlacomulco.
Desde el lunes pasado, el tema de los resultados de encuestas, sobre la aceptación o rechazo de las políticas presidenciales están en entredicho y los resultados marcan los números más bajos que un Ejecutivo Federal en México ha tenido los últimos 25 años.
Los hechos del México de hoy, traen a esta columna el pensamiento sobre la política del filósofo Español, Fernando Savater quien afirma que «El Humanismo» parece estar en desuso, en retroceso, porque ya no está de moda.
El Español, nacido en San Sebastián en 1947, dice que intenta encontrar el «…porqué y el hacia dónde de las cosas, porque ahora que la técnica y la ciencia ocupan todo el espacio de las preocupaciones humanas, la respuesta es difícil de encontrar.»
Y lamentablemente Savater tiene razón, porque la situación que vivimos en México desde hace varios años, sobre todo con problemas de corrupción y violencia en los niveles de gobierno, se han agudizado no en los últimos meses, sino por lo menos en los últimos 10 años.
Los colores partidistas en realidad no importan. En México hemos aprendido a entender que la imagen pública, la que se maquilla, es más importante que la filosofía de la política de cualquier partido.
Hoy, los funcionarios y los ciudadanos, pareciera le damos mayor importancia a una marca -que ‘dice de la calidad’- y a los servicios del smartphone -aunque no se ocupen-, que el índice de aprovechamiento de las aulas en las universidades públicas o privadas. Y aún peor, las calificaciones aprobatorias de los alumnos que nunca fueron a clase.
Hoy importa más encontrar una ‘Torre de Pánico’ que proporcione Wi Fi o algún negocio con este servicio gratuito, que los 43 de Ayotzinapa o exigir el castigo a los elementos del ejército mexicano que asesinaron a los de Tlapacoya.
La imagen presidencial y de los mexicanos, nuestra imagen, está deteriorada no solo al interior del país. Por desgracia otros países ya se expresan de México como un país donde proliferan los cárteles más poderosos.
La semana pasada, el presidente Uruguayo, José Mujica, hizo declaraciones que aunque corrigió de inmediato, se difundieron por todo el mundo al grado de que la Cancillería Mexicana mandó llamar al Embajador de ése país para pedir explicaciones.
Ayer por la mañana, el radio noticiero del Grupo Imagen, en el espacio de Fernanda Familiar, la nueva corresponsal de Brasil ‘elogió’ a los cárteles de la droga mexicanos cuando les dio la categoría de profesionales, mientras los de Brasil, en realidad son ‘pichones’.
La conductora mexicana, para salir del paso, aseguró que en un programa especial hablarían del tema de la delincuencia organizada y desvió la atención hacia los funcionarios panistas que recientemente están excarcelados por golpear a un brasileño que defendió a su esposa de los mexicanos, en el mundial Brasil 2014.
Finalmente le comento que si la imagen presidencial está muy a la baja, le insisto que la de muchos mexicanos, incluyendo a empleados de los tres niveles de gobierno, que aunque estén «certificados», siguen siendo un problema de corrupción.
El descrédito Presidencial de Enrique Peña Nieto no solo está en las redes sociales, ya es muy público en diversos escenarios y ¿el de los conciudadanos?
Comentarios: mario.vargas@starmedia.com