Simon Levy; la caída de un mentiroso

Sin Filtros; por Brenda Ramos
“Todo esto será el principio de los dolores de parto” Mateo 24:8
Las mentiras de Simón Levy se desmoronaron. No está en Washington, como pregona desde ayer en su desesperada narrativa, repetida por los mismos voceros que también sostienen al exgobernador Francisco García Cabeza de Vaca. Hoy, las autoridades confirman que Levy está en Portugal, y fue su propia entrevistadora, Azucena Uresti, quien revelo que se encontraba en el Hotel Myriad de Lisboa.
La farsa cayó, y con ella se anuncia el siguiente derrumbe: el de Cabeza de Vaca.
Hace unos días compartimos La antesala del derrumbe, un texto que documentaba la caída de varios personajes que antecedieron el destino inevitable de dos exgobernadores tamaulipecos. Los tiempos alrededor de la detención de Cabeza de Vaca pueden ser comparados a los del alumbramiento. Si en aquel momento estábamos en la sala de espera, observando los síntomas del término de una gestación, hoy, los dolores de parto ya comenzaron, el grito de la primera contracción vino con el caso de Simón Levy.
Desde ayer, el exsubsecretario de Turismo del gobierno de López Obrador se convirtió en el centro del huracán mediático, luego de que se confirmara su detención en Portugal. Desde las primeras horas del día comenzó el estire y afloje: Simón Levy apareció en distintos espacios informativos asegurando que todo era falso, que estaba libre… y que hablaba desde Washington D. C.
Durante la conferencia matutina, la presidenta Claudia Sheinbaum confirmó que Simón Levy fue arrestado en Portugal, al responder a los medios que “sí, parece que lo detuvieron”, aclarando que la detención derivó de una denuncia presentada en la Ciudad de México hace algunos años.
También, ayer por la mañana, la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México emitió un primer comunicado confirmando la detención de Simón Levy en Portugal, y horas más tarde difundió un segundo boletín precisando que el exfuncionario enfrentaba medidas cautelares bajo un proceso internacional.
La información fue replicada y así validada por la Fiscalía General de la República, el Gabinete de Seguridad del Gobierno federal y las redes oficiales de Omar García Harfuch, actual secretario de Seguridad.
El tema volvió a la agenda nacional esta mañana, cuando la presidenta Claudia Sheinbaum retomó el caso durante su conferencia en Palacio Nacional. Presentó un documento oficial del Tribunal de Apelación de Lisboa que confirma la detención de Simón Levy el 28 de octubre, al ingresar a territorio portugués. Sheinbaum precisó que el exsubsecretario fue liberado bajo medidas cautelares y que no puede salir de Portugal, corrigiendo así las versiones con las que Levy intentó negar su arresto.
Sin embargo, Levy no pudo sostener por mucho tiempo su versión. El piano rojo del restaurante del Hotel Myriad, en Lisboa, terminó delatándolo. Ávido de cámara y confiado en su propio discurso, aceptó una entrevista con Azucena Uresti en Grupo Fórmula, un espacio donde se sintió cómodo, creyendo tener el control del relato. Lo que no anticipó fue que Azucena, publicaría en sus redes sociales el contundente hallazgo: el entorno que se veía detrás de Levy coincidía exactamente con el del lujoso hotel. En ese instante, la mentira se desmoronó.
Seguramente Levy no se lo esperaba, que la propia Azucena le diera la estocada final. El gesto tiene una lectura inmensa, los aliados de Simón Levy y Cabeza de Vaca están abandonando el barco, no dejaran que los arrastren. Solo los más ingenuos seguirán peleando por ellos, mientras que los que alguna vez fueron los más cercanos del exgobernador, ven como se acerca su caída, la gozan, la disfrutan y se quedan callados, ninguno defenderá ni a Simón y mucho menos a Francisco.
Por cierto que, hablando de traiciones, Cabeza de Vaca ni siquiera se ha atrevido a salir en defensa de quien fuera su vocero. El exgobernador, quien hace apenas unos días fue entrevistado por Simón Levy, se limitó a compartir en su cuenta de X un breve video con la frase: “Me alegra que estés bien.” Un gesto frío, lo usó, y ahora lo desecha, como suelen hacerlo los viejos aliados cuando el barco comienza a hundirse.
El derrumbe apenas comienza. Vendrán más dolores de parto, y cada uno será más intenso que el anterior. Cabeza de Vaca seguirá intentando desestabilizar a Tamaulipas, usando a su hermano Ismael como extensión de su voluntad, del mismo modo en que antes movió a sus operadores y portavoces —como lo hizo con las protestas recientes en el sur del estado—, pero eso no detendrá su caída. Todas las mentiras se están desmoronando, y los mentirosos caerán junto con ellas. Ningún exilio, apellido o fuero alcanzara para detener su caida.
 
				


