Carreteras de Veracruz, un riesgo constante: ciudadanos y transportistas exigen soluciones

Por José Juan Tomas
Naranjos, Ver.- El pésimo estado de las carreteras en Veracruz se ha convertido en una tragedia diaria que golpea tanto a los automovilistas como al transporte de carga, poniendo en riesgo vidas, frenando la economía y exhibiendo la omisión de las autoridades.
Conductores denuncian que los tramos federales y estatales presentan baches profundos, hundimientos, falta de señalización y ausencia de mantenimiento preventivo, lo que no solo ocasiona daños materiales en los vehículos, sino también accidentes que en muchos casos terminan en pérdidas humanas.
“Viajar por las carreteras de Veracruz es como jugar a la ruleta rusa: uno no sabe si regresará con vida o si su camión quedará varado en medio del camino”, lamentó un transportista de carga pesada que cubre la ruta Tampico–Naranjos, Amatlán.
El deterioro vial también golpea a la economía regional. Empresas de logística y turismo aseguran que el mal estado de las vías encarece costos de operación, desalienta la llegada de visitantes y aleja inversiones en sectores estratégicos.
Pobladores de comunidades rurales agregan que la falta de mantenimiento los mantiene en condiciones de aislamiento, dificultando el acceso a servicios de salud, educación y mercados para la venta de sus productos.
“Nos tratan como ciudadanos de segunda: pagamos impuestos, circulamos por autopistas con cuotas cada vez más altas, pero las carreteras parecen zonas de guerra”, reclamó un automovilista.
La exigencia de transportistas, empresarios y sociedad civil es clara: que los gobiernos federal y estatal actúen con urgencia, transparenten los recursos destinados a infraestructura carretera y presenten un plan real de rehabilitación que garantice seguridad y competitividad para Veracruz.
Mientras tanto, los caminos siguen siendo trampas mortales y símbolo de la indiferencia oficial frente al clamor ciudadano.