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Vamos solos, dijeron… ¿porque ya nadie los invitó?

Sin Filtros; por Brenda Ramos

Según datos del PREP de la elección presidencial de 2024 en Tamaulipas, Claudia Sheinbaum obtuvo 83,264 votos por el Partido Verde, lo que representó apenas el 5.7078% del total. A través del Partido del Trabajo sumó 66,580 votos (4.5539%) y por Morena alcanzó 755,655 votos, equivalentes al 51.6858%. En comparación, el PAN obtuvo 310,971 votos y Movimiento Ciudadano (MC) 138,101.

En la contienda por el Senado, también en 2024, el Partido Verde recibió 167,345 votos (11.5127%), mientras que el PAN logró 412,682 (28.3911%), MC alcanzó 103,599 (7.1272%) y Morena encabezó con 660,258 votos (45.4235%).

Si se observan los resultados en Reynosa, bastión político de la senadora Maki Ortiz —quien compitió en fórmula con Eugenio Hernández— el desempeño fue igualmente limitado. En el Distrito 2, el Verde obtuvo 17,849 votos (12.2629%), frente a los 68,963 votos de Morena (47.3803%). En el Distrito 7, los números fueron similares: el Verde sumó 15,187 votos (11.2086%), mientras que Morena obtuvo 67,049 votos (49.4852%).

En el caso de la diputación federal por el Distrito 3, correspondiente a Casandra de los Santos Flores, el Partido Verde recibió 10,188 votos de manera individual, frente a los 79,547 logrados por Morena.

Retrocediendo un año, en la Elección Extraordinaria al Senado de 2023 en Tamaulipas, el Partido Verde también compitió por separado, con un resultado de 23,256 votos (3.9390%). En esa misma elección, el PAN logró 130,459 votos (22.0968%) y Morena obtuvo 421,091 (71.3234%).

En suma, en las elecciones al Senado en Tamaulipas tanto en 2023 como en 2024, el Partido Verde participó sin alianzas. En 2023 recibió 23,256 votos (3.94%) y en 2024 aumentó a 167,345 (11.51%). Sin embargo, en ambos ejercicios quedó claramente por debajo de Morena y del PAN, con diferencias significativas que persisten tanto en el ámbito estatal como en distritos clave como Reynosa. Estos datos marcan una proporción constante de desventaja frente a las principales fuerzas políticas del estado.

¿Cree usted, querido lector, que con estas cifras un partido puede declarar que está listo para competir solo por la gubernatura?

La pregunta cobra fuerza porque ese fue, precisamente, el mensaje central de la conferencia de prensa ofrecida por el Partido Verde en Reynosa. Con la presencia de Arturo Escobar, Manuel Muñoz, Maki Ortiz, Casandra de los Santos y Carlos Peña, se planteó una narrativa audaz: el Verde está en condiciones de competir sin alianzas, con estructura propia, con liderazgos “de nivel nacional” y con claridad de rumbo político. Se habló de “trabajo legislativo, de avances municipales, de propuestas ambientales y sociales”. Pero también, sin matices y con destapes, de la intención de presentarse como una fuerza independiente en 2027 y 2028.

Y entonces la pregunta cambia de forma:
Si los números no respaldan esa fuerza, ¿por qué lanzarse a un acto público de esa magnitud?
¿Fue un cálculo estratégico? ¿Una muestra planificada de autonomía?
¿O fue una respuesta… a algo?

Porque un día antes, en ese mismo Reynosa, ocurrió un episodio que no puede pasar desapercibido. Mario Delgado, visitó la ciudad, participó en un evento en el CBTIS 302, en el que no apareció Maki Ortiz, y tal parece que lo que no se vio rebelo mucho mas, pues en sus redes sociales, Maki Ortiz no pudo controlar su ira y denunció “bajeza de espíritu”, acusó “envidia”, y reclamó que se intentara borrar su legado, tan solo porque removieron una placa del plantel. No fue una respuesta institucional, fue personal, directa, dolida y con olor a miedo.

Y al día siguiente, sin pausa, vino la rueda de prensa.
Se habló de ir solos.
De “fuerza”.
De “identidad”.
De “liderazgo”.
¿Casualidad? ¿Coincidencia?

Cuando un grupo político siente que está siendo desplazado, cuando percibe que los espacios que antes tenía ya no están garantizados, cuando su respaldo nacional se enfría, ¿cómo suele reaccionar? ¿Podría ser que esa rueda de prensa no haya sido una proclamación… sino una reacción?

Una puesta en escena para demostrar ¿que siguen en pie?, ¿que tienen con qué negociar?, ¿que no han sido vencidos?, ¿que las candidaturas por el verde que ya apalabraron siguen siendo buen negocio?, ¿que la charola va a seguir pasando y que vale la pena seguir cooperando?


Pero, si realmente estuvieran listos para ir solos, ¿necesitarían construir esa imagen con tanta urgencia, justo después de un desaire político tan evidente? ¿Cuántos ingenuos les compraran candidaturas a un partido “Tan Verde”?

La pregunta queda sobre la mesa.
Los datos están ahí.
Las secuencias también.

¿Usted qué piensa?

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