Alfonso Ramírez Cuellar en Tamaulipas

Sin Filtros; por Brenda Ramos
En política no hay visitas inocentes. Y menos si el visitante es un zacatecano que ha sido presidente nacional interino de Morena, vicecoordinador en San Lázaro, secretario de las comisiones que manejan el dinero, y amigo de la presidenta desde que las canas eran apenas una amenaza lejana. Alfonso Ramírez Cuéllar aterrizó en Ciudad Victoria con un libreto fino, austeridad, congruencia, humildad… y números que abren apetito.
¿Coincidencia que el 29 de julio rindiera su informe legislativo en Querétaro, territorio azul, hablando con empresarios y productores? ¿Y que el 25 de julio se hubiera sentado antes en Palacio Nacional con Claudia Sheinbaum? Vamos, en política las casualidades son tan raras como un político que pague de su bolsa el café de la reunión.
Apenas el lunes dijimos aquí que desde el gobierno federal tienen los ojos en Tamaulipas, y lo probamos con Conagua desmintiendo a Carlos Peña en Reynosa por el tema del agua. Y justo ayer en su informe, Ramírez Cuéllar hizo del agua su eje: 115 mil millones para garantizar el derecho humano, frenar la sobreexplotación, atacar concesiones torcidas y modernizar la red.
Su visita e informe, de inmediato llamaron la atención de la prensa, los titulares lo resumieron con precisión quirúrgica: “En Morena, pocos nuevos ricos”, “Morena está vigilado por el pueblo”, “Pide congruencia: el pueblo está vigilante”—. Abrió con que “son menos los nuevos acaudalados” en Morena; que “el pueblo está vigilante” y premia al que actúa bien y castiga al que se desvía; que la mayoría se conduce con probidad, decoro, humildad y sencillez; que hay que seguir la línea de la presidenta: austeridad y honestidad no se negocian. Recordó los escándalos de lujo (viajes, marcas) y soltó advertencia: quien se porta mal se expone al castigo social —aislamiento, críticas, observaciones—. Pidió apegarse a las normas de conducta de Sheinbaum, a quien describió como recta, eficaz y con decencia política. Y remató: “el pueblo está mirando y sabe quién es quién”.
En cuanto a los políticos que lo cobijaron fueron, Lalo Gattás, Arnulfo (SNTE), las y los diputados Adrián Oseguera, Pepe Braña, Blanca Narro; y se sabe su cercanía con Beto y Magaly Deándar. hoy es secretario en Hacienda y Crédito Público y Presupuesto y Cuenta Pública (2024–2027), e integró de mayo a agosto la Tercera Comisión de Asuntos Económicos en la Permanente; en Hacienda comparte mesa con Oseguera, Mario López y Carlos Canturosas. Traducción: está donde se decide la ruta del dinero.
Volviendo a su discurso, mencionó extorsión y cobro de piso, ley en puerta, “tragedia nacional” que pega a agricultores, ganaderos, comercios. Presupuesto 2026: salud (oncológicos, diabetes, hipertensión, catastróficas), IMSS-Bienestar, ISSSTE, Seguro Social; infraestructura (drenaje, agua potable, tratamiento de basura, vialidades, conectividad, internet), energía limpia e hidrocarburos, política social que —dice— sacó a casi 10 millones de la pobreza (2018–2024), y disciplina para dar confianza a la inversión privada. Vivienda: 1.3 millones de casas a 2030 para familias sin acceso a crédito, con Infonavit–Conavi–Fovissste. Reforma electoral: representación plena de minorías; sin pluris en el Senado (dos de mayoría y uno de primera minoría), sí pluris en Diputados; bajar el costo de campañas (financiamiento público solo para campañas, gasto ordinario a cargo de militantes); separar crimen y política (ni financiamiento, ni candidaturas, ni hostigamiento del crimen); órgano electoral autónomo y adiós al fuero con un nuevo sistema de fiscalización de recursos públicos. Eso dijo,todo eso.
Y es por demás interesante su visita. Vale la pena preguntarse por qué viene ahora, en pleno reacomodo nacional con morenistas peleándose por el discurso de austeridad (las vacaciones de lujo les rebotaron en la cara) y el derrumbe del imperio de Adán Augusto por el caso de la barredora. En ese cuadro, que pise suelo tamaulipeco una figura de talla nacional amerita atención.
Además, no se fue con las manos vacías. Se llevó carpeta, que Reynosa vive sequía que engorda el negocio de pipas; que la presa El Águila es monumento a los 200 millones tirados; que la familia Villafranca —aliada de JR y los Cabeza de Vaca— tiene una concesión por 20 años de aguas subterráneas y que en los cajones locales hay mucho más para quien sepa leer entre líneas.
Pero, no es su primer capítulo en Tamaulipas, en septiembre de 2020, visitó Madero y respaldo a Adrián Oseguera. Aquella vez vino al informe, hoy vino a medir y a dejarse medir. Lo que dijo fue importante, lo que dejó entre líneas, más. Porque nadie con su agenda, sus cargos y su cercanía al poder pisa Tamaulipas sin que detrás haya una intención y un futuro que todavía no conocemos.
El zacatecano se fue, pero el eco quedó flotando. Y si algo sabe Tamaulipas, es que en política las historias no se acaban el día que se publican… apenas empiezan.