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Olga Sosa celebra a los padres en Reynosa

Fuentes fidedignas. Por Isaías Álvarez

Otros políticos ni se acordaron de ellos
• Olga Sosa reconoce a los padres de Reynosa
• Claudia Sheinbaum retoma al Papa Francisco y los principios constitucionales de paz
• Y ante cualquier crisis, lo mínimo es estar preparados: mochila de emergencia en mano

Hay políticos que hacen eventos para salir en la foto. Y hay quienes entienden lo que significa el acto de mirar al otro y decirle: “te veo, te reconozco”. Eso fue lo que hizo Olga Sosa en Reynosa.

En una ciudad que ha sido golpeada por muchas cosas —violencia, abandono, indiferencia—, reunir a los padres de familia y darles un lugar como protagonistas fue un gesto que dice más que cualquier discurso.

Ahí estaban los papás: los de manos curtidas, los de mirada nublada. Obreros, maestros, choferes, comerciantes. Hombres que, con su trabajo diario, sostienen el hogar y no piden reflectores. A ellos les habló Olga, es dio espacio, les agradeció y les celebró.

Fue un acto sencillo, pero cargado de simbolismo. Porque en la política mexicana no es común que se le rinda tributo al hombre que madruga, que guarda silencios, que se traga el cansancio. La Senadora no solo se acordó de ellos: les dedicó su tiempo. Y les hizo justicia con un gesto que no todos entendieron, pero que todos sintieron.

Acompañada del licenciado Marcelo Olán Mendoza, Verónica Castillo, Alicia Pizaña, Olga Vélez y José Larumbe, la senadora compartió con los padres un espacio de cercanía y respeto.

Cambiando de tema…

La presidenta Claudia Sheinbaum, en un tono más internacional pero no menos humano, citó este fin de semana al Papa Francisco.

“La guerra es el mayor fracaso de la humanidad”, dijo.
“No hay futuro en la destrucción sino en la fraternidad.”

No lo hizo por quedar bien. Lo hizo porque estamos en un momento delicado a nivel internacional, donde los tambores de guerra retumban incluso en países que se dicen democráticos.

Y desde ahí, Sheinbaum recordó que la política exterior de México, según el artículo 89 de la Constitución, no es de confrontación, sino de principios.

No intervención, solución pacífica, respeto entre naciones, derechos humanos. En tiempos de líderes que tuitean amenazas y se abrazan con misiles, México apuesta por otro camino: el de la paz como herramienta de poder, y no como señal de debilidad.

Esa postura —con la que algunos pueden no coincidir— tiene raíces históricas. No se construye con discursos, sino con coherencia.

Y si la tormenta toca tierra… ¿estás preparado?

El tema puede parecer otro, pero está ligado. Porque mientras en las cúpulas discuten sobre geopolítica, los ciudadanos seguimos expuestos a la otra realidad: la que llega sin avisar.
Una tormenta, un apagón, un conflicto en el que México no participe pero del que no pueda escapar.

Por eso es necesario hablar de prevención. Y más aún, practicarla.

Tener una mochila de emergencia no es de paranoicos. Es de personas que entienden el mundo en que viven. Y no basta con empacar “por si acaso”, hay que pensar con cabeza fría y corazón alerta.

La mochila debe incluir:
• Mapas físicos de la ciudad y rutas alternas
• Agua potable (mínimo dos litros por persona al día)
• Comida no perecedera
• Filtro portátil o pastillas purificadoras
• Copias de documentos personales en bolsa sellada
• Medicinas necesarias y botiquín básico
• Linterna, radio de baterías, cargador solar
• Ropa de cambio, impermeable, zapatos resistentes
• Dinero en efectivo, lista de contactos, silbato
• Algo que le dé seguridad a tus hijos: un peluche, un juguete.

Pero además de la mochila, usted y su familia deben tener un plan, saber a dónde ir, con quién contar. Hablarlo en casa, decir: “si pasa algo, esto es lo que haremos”. No deje al azar su seguridad ni la de su familia.

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