Puras coincidencias

Sin Filtros; por Brenda Ramos
Por más que se intente seguirle el hilo a esta historia, nos hemos enredado. Y no por falta de datos, sino por exceso de omisiones. De pronto, todos parecen escandalizados porque Héctor de Mauléon presentó una narrativa audaz —o eso parece— sobre la Columna Armada “Pedro J. Méndez” como operador político en Tamaulipas.
Una narrativa intensa, casi cinematográfica, como de investigación de alto calibre… aunque curiosamente incompleta. Porque si de operadores beneficiados se trata, lo mínimo sería recordar que Francisco García Cabeza de Vaca ganó la gubernatura en 2016 con el respaldo de esa misma Columna, que José Ramón Gómez Leal fue apoyado por ellos en las urnas, y que Casandra de los Santos fue electa diputada federal del distrito 3, el mismo territorio dominado por ese grupo.
Pero nada de eso apareció en la columna.
¿Se le pasó? ¿Lo desconocía? ¿O simplemente contó la mitad que acomodaba a su entorno?
Ahora bien, aquí viene otro dato curioso: la carta nacional que se firmó en su defensa contra la censura fue también firmada por Mónica Garza, periodista, figura pública, originaria de Reynosa, ciudad donde la historia de la Columna Armada no es un secreto para nadie. Pero además, Mónica Garza es pareja sentimental de Héctor de Mauléon.
Y eso no es todo. Mónica es prima de Maki Ortiz y tía de Carlos Peña Ortiz. En ese mismo grupo político aparece Casandra de los Santos, diputada federal y operadora electoral de Maki junto a José Ramón Gómez Leal, que además de ser cuñado de Cabeza de Vaca, también es tío de Sofía García Gómez, hija del exgobernador.
¿Y qué hace Sofía? Pues es regidora en el cabildo de Reynosa, y aunque se supone que pertenece a la oposición, le vota todo a favor a Carlos Peña Ortiz. Una luna de miel ejecutiva sin actas matrimoniales, pero con un expediente de votos alineados.
Es decir, el grupo político de Maki Ortiz, Carlos Peña, José Ramón, Casandra de los Santos, Claudia Hernández Sofía y su padre Cabeza de Vaca, no solo está activo, sino que conforma un bloque que busca mantener el control de Reynosa y acercarse a la gubernatura. Todo bien coordinado, todo bien hilado.
Entonces, vale la pena preguntarse:
¿Será que este grupo político —con Mónica como enlace natural— encontró en Héctor de Mauléon y en Código Magenta la vía perfecta para contar solo la mitad de la historia?
¿Será que lo demás fue silenciado por estrategia editorial… o por lealtades personales?
Cómo se atreven mal pensados. Jamás se imaginaría que Mónica Garza —profesional como pocas— le susurraría a su pareja una historia editada para proteger a su familia política. Mucho menos que Maki Ortiz, tan institucional, tan de una sola línea, incapaz de cambiar de ideología y de partido para mantenerse en el poder a toda costa, jugara tan sucio como para pedirle a su prima que ayudara a moldear una narrativa que convenientemente excluyera a quienes durante seis años se beneficiaron electoralmente de ese mismo grupo armado.
No, eso sería muy bajo. Muy descarado, muy estratégico. No los juzguen ni piensen mal, seguro son puras coincidencias.