Tamaulipas pisa el acelerador

Crónicas del Sur; por Juan José Tomás
En ocasiones, los grandes cambios no llegan con estruendo, sino con obras que avanzan en silencio, tramo a tramo. Así ocurre con la autopista Mante–Ocampo–Tula, una vía que ya muestra un progreso del 81% y que promete convertirse en uno de los proyectos más relevantes para la conectividad del sur de Tamaulipas.
Se trata de 107 kilómetros de infraestructura moderna: dos carriles por sentido, acotamientos, 22 puentes, diez pasos inferiores y cuatro superiores, dos entronques, casetas y hasta un paso para fauna silvestre, que permite armonizar el desarrollo con el entorno natural. Destaca también un puente de 1.8 kilómetros, ya concluido, que figura entre los más largos del país.
El pasado viernes, el gobernador Américo Villarreal Anaya sostuvo una reunión con el director general del Grupo HYCSA, Alejandro Calzada Prats, para revisar los avances de esta obra. Lo acompañaron las presidentas municipales de Tampico y El Mante, Mónica Zacil Villarreal Anaya y Martha Patricia Chío de la Garza, así como los alcaldes de Altamira y Madero, Armando Martínez Manríquez y Erasmo González Robledo. Una muestra de coordinación entre niveles de gobierno que resulta indispensable en proyectos de esta magnitud.
Durante el encuentro también se abordaron dos iniciativas adicionales: el viaducto elevado de Tampico, con una inversión prevista de más de 1,600 millones de pesos para 4.6 kilómetros, y el Libramiento Sur de El Mante, ambos con el objetivo de fortalecer la movilidad, la competitividad y el crecimiento regional.
En la reunión estuvieron presentes funcionarios del gabinete estatal: Jesús Lavín Verástegui, secretario de Finanzas; Pedro Cepeda Anaya, secretario de Obras Públicas; y Ricardo Guerrero Morales, jefe de la Oficina del Gobernador. La presencia de estas áreas clave permite anticipar que los proyectos cuentan con respaldo institucional y seguimiento técnico.
Más allá de cifras y anuncios, lo que destaca es el enfoque de continuidad y planeación. El sur del estado, que durante años esperó obras de este nivel, comienza a integrarse de forma más activa al desarrollo económico y logístico de Tamaulipas. La conexión con el corredor industrial del Bajío es un paso estratégico que abre nuevas oportunidades para el comercio, la industria y el turismo.
No es fácil impulsar transformaciones de fondo. Requieren gestión, recursos, paciencia y visión. En este caso, los avances son visibles y las metas están trazadas. Con trabajo constante, como suele decirse “24/7/365”, se están sentando las bases para un estado mejor conectado, más competitivo y con mayores posibilidades para su gente.
Aún hay camino por recorrer, pero el ritmo indica que Tamaulipas va en la dirección correcta.