La Comuna
José Ángel Solorio Martínez
El Instituto Reynosense para la Cultura y las Artes (IRCA), es una de tantas instituciones del ayuntamiento de Reynosa, Tamaulipas que opera con mayores estándares de opacidad en el ejercicio de su presupuesto. Es muy probable, que sea como muchos organismos autónomos: la caja chica de la pandilla de los Makyiavélicos.
La Auditoría Superior del Estado, dio a conocer que la estructura rectora de la actividad cultural en el municipio tuvo en el año de 2023 un faltante de 19 millones de pesos.
En doce meses.
Si se hacen cálculos de esos números oprobiosos es un promedio mensual de casi dos millones de pesos.
¿Dónde está ese dinero?
En el pago a profesores, no.
Los maestros trabajan por contrato con salarios mínimos; sólo a la burocracia dorada, recomendadas por la presidencia municipal, favoritos de la titular y cercanos a la senadora Maky Ortiz, reciben estímulos decorosos como pago.
Profesores han denunciado el pago de mil 500 pesos por semana, cubriendo ocho horas diarias.
¿Así o más miserables la titular del IRCA y el alcalde?
Se presume, que esas cantidades escamoteadas a la cultura van directamente a la precampaña a la gubernatura de la senadora Ortiz Domínguez. Esto en parte, se concreta en la subvención a dirigentes de las colonias populares que forman la estructura de apoyo a Makyito y su querida progenitora.
También se han encontrado la inflación de presupuestos para el desarrollo de actividades culturales.
Falta el año 2024 y el que corre.
Se considera que el faltante será similar al del fatal 2023.
Otra variante de esas pillerías es el utilizar personal que voluntariamente promociona al IRCA en escuelas públicas y privadas.
No se les paga; pero se facturan esos servicios.
¿Quién se encarga de investigar a esos organismos?
¿El Congreso del estado?
¿La Contraloría?
Apremia que el responsable de corregir esos desvíos aparezca.
Excesivos destrozos ha realizado, Héctor Romero Lecanda, responsable del Instituto Tamaulipeco de Cultura y las Artes (ITCA) para tolerar otro remedo de esas cuestionables conductas.
El grupo de los Makyiavélicos entró en la última fase de su descomposición.
Saqueos por todos lados.
Pillaje en toda dependencia bajo la férula de Makyito.
Raterías en los organismos controlados por la senadora Maky.
Nada más falta que brote cieno en el DIF; donde manda galleta la novia del Makyavelito.
