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Familias Intocables

Sin Filtros; por Brenda Ramos

En Tamaulipas, la justicia tiene una regla no escrita: hay familias que pueden ser investigadas, perseguidas y juzgadas, y hay familias intocables. No importa cuántos escándalos los rodeen, cuántas denuncias acumulen o cuántos desfalcos les prueben, su estructura de poder siempre los protege. La historia de Ismael García Cabeza de Vaca es solo otro episodio de esta vieja fórmula.

Los hechos son claros: Ismael está a punto de perder su fuero, y con ello, se le vendrá encima todo lo que se ocultó durante el sexenio de su hermano, el exgobernador Francisco García Cabeza de Vaca. La lista de señalamientos no es menor. Sin haber ocupado un cargo público, movió los hilos del presupuesto estatal presuntamente, con tráfico de influencias, amenazas y extorsión. Sus tentáculos habrían llegado a sectores clave como Salud, la Universidad Autónoma de Tamaulipas y diversas dependencias, donde se desviaron millones en contratos a factureras, privatización de farmacias y desabasto de medicinas. Pero lo más escandaloso es que nunca tuvo un puesto oficial, solo operaba desde las sombras con la impunidad de ser «el hermano del gobernador».

Ahora que el blindaje se cayó, la respuesta de la familia fue inmediata. Rueda de prensa en Reynosa. Ismael se declara inocente. Se dice víctima de persecución política. Y junto a él, arropándolo, su sobrina Sofía García Gómez, regidora e hija de Francisco García Cabeza de Vaca y de Mariana Gómez Leal, hermana de José Ramón. Si la intención era simular una defensa institucional, lo que lograron fue confirmar que las familias intocables siempre se protegen entre ellas.

Ahora bien, el silencio de José Ramón Gómez Leal es más que revelador. Hace días se pronunciaba contra el nepotismo, ahora calla sobre su sobrina y el hermano de su cuñado. No hay tribuna, no hay discursos incendiarios, no hay indignación. Pero sí hay un patrón: cuando les conviene, se inventan peleas; cuando lo necesitan, se protegen como clan.

Pero, José Ramón es experto en fabricar distancias para lavarse las manos, pero su historia de «pelearse» con Cabeza de Vaca inició en 2019, cuando AMLO expuso que, aunque eran familia, no tenían relación. Hoy, la cercanía es evidente. Su sobrina Sofía en la rueda de prensa de Ismael, Claudia Hernández con Carlos Peña Ortiz al día siguiente de que José Ramón «denunció» el nepotismo.

Palabras que podrían sugerir un nuevo distanciamiento, pero ya conocemos los espectáculos que monta José Ramón. Su declaración de que “ya hay muchos gobernantes y alcaldes que creen que esto es familiar y que ya son negocios familiares heredados” pareció un golpe contra Carlos Peña, pero al día siguiente, su aliada Claudia Hernández aparecía con él en la feria. ¿Peleados? Pura simulación. Nada de lo que dijo José Ramón en defensa de la reforma de Claudia Sheinbaum contra el nepotismo tenía una intención real.

¿Qué se viene ahora? La siguiente escena ya está escrita: el golpeteo mediático para desviar la atención. Casandra de los Santos y Claudia Hernández, diputadas federales que buscan ser apadrinadas para las alcaldías de Reynosa y Río Bravo por ese grupo, comenzarán a hacer ruido. Desde la tribuna, usarán cualquier pretexto para distraer al Congreso del Estado, lanzar cortinas de humo y fabricar crisis artificiales en Tamaulipas. Y lo harán no por convicción, sino porque necesitan que su grupo las impulse para ser presidentas municipales.

Los demás diputados federales del grupo, los que responden a esta estructura de poder, se quedarán en silencio. No cuestionarán a Ismael y no exigirán transparencia. Pero el show no estará completo sin la participación de Carlos Peña Ortiz, alcalde de Reynosa, y su madre, la senadora Maki Ortiz. Mientras José Ramón denuncia extorsiones en Matamoros, en Reynosa prefiere no ver nada, aunque el propio alcalde dice que las hay. Maki Ortiz ahora que ve conveniente se quedara callada, tal vez con la excusa de que es Senadora por San Luis, ya que claramente, no tiene intención de hacer nada más allá de operar políticamente para su grupo.

La estrategia es clara: tapar el sol con un dedo, sembrar caos en municipios clave, meter en problemas al Congreso y generar una crisis artificial que justifique el ruido mediático. Todo para distraer del verdadero tema: Ismael está en la antesala de la justicia, y su grupo hará lo que sea para salvarlo.

El mensaje es contundente: las familias intocables se protegen entre sí, no importa el partido, no importa el delito, no importa el costo. El Congreso del Estado debe estar preparado para el golpeteo que presenten estos grupos que se creen intocables.

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