“El alcalde que perdió la verdad, y la periodista valiente” (Fabula)
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Por: Vicente Hernández
“Cuando el debate se ha perdido, la calumnia es la herramienta del perdedor”
«Sócrates»
En una pequeña ciudad fronteriza a orillas de un gran rio, había un alcalde llamado Don Carlos, era un hombre ambicioso y sediento de poder, que había llegado al cargo mediante una campaña electoral llena de promesas y sonrisas y con el apoyo de su poderosa madre.
Al principio de su mandato, Don Carlos parecía un líder justo y honesto, escuchaba a los ciudadanos, resolvía sus problemas y trabajaba arduamente para mejorar la infraestructura de la ciudad, sin embargo, al poquito tiempo, su sed de poder y su deseo de mantenerse en el cargo comenzaron a consumirlo.
Don Carlos empezó a rodearse de asesores y consejeros, que le decían lo que quería escuchar, en lugar de la verdad, pero sobre todo los consejos que le daba su makiavélica madre, al poco tiempo, se convirtió en un hombre aislado, que solo se comunicaba con aquellos que le adulaban y le hacían cumplidos.
Un día, una joven periodista llamado Berenice comenzó a investigar sobre las finanzas, y la falta de obras de la ciudad, y descubrió que Don Carlos había estado utilizando fondos públicos para financiar proyectos personales, y para enriquecer a sus amigos y familiares, traicionando los tres famosos conceptos “No robar, no mentir y no traicionar”.
Berenice decidió publicar su investigación en los periódicos, pero Don Carlos se enteró de sus planes, y sus lacayos la llamaron a su oficina para ofrecerle una gran suma de dinero para que no publicara la historia, pero Berenice se negó, y poco después le llamaron para amenazarla de muerte.
Ante la valentía mostrada por la periodista Don Carlos se enfureció y comenzó a difamar a Berenice en público, acusándolo de ser una mentirosa y una enemiga de la ciudad, pero Bere no se rindió, siguió investigando y publicando historias que revelaban la corrupción de Don Carlos.
Finalmente, la verdad salió a la luz y Don Carlos fue destituido de su cargo, la ciudad se unió para demandar justicia y para reconstruir la confianza que había sido destruida Don Carlos se quedó solo, rodeado de las ruinas de su propio ego, pero lo más importante fue que se dio cuenta de que había perdido la verdad, y que su sed de poder lo había llevado a cometer errores irreparables.
La historia de Don Carlos se convirtió en una lección para la ciudad, sobre la importancia de la transparencia y la honestidad en la política, y para Berenice, la joven periodista, fue un recordatorio de que la verdad es el mayor poder que podemos tener.
Moraleja: Las personas que experimentan la pérdida de la verdad, tienden a sentir una profunda apatía y desinterés por actividades que antes disfrutaban, como el de servir a sus gobernados, y necesitan de los señalamientos de la conciencia periodística, que le haga reaccionar para encontrar la verdad perdida.