Por Oscar Díaz Salazar
La información negativa de los actores políticos pasa por un proceso similar al de apachurrar un grano.
El problema comienza con una mancha ligera en la piel o una pequeña protuberancia, que poco a poco va creciendo, pero contenida bajo la epidermis.
Si el problema persiste, si la infección permanece, la hinchazón crece haciendo muy visible la cápsula purulenta. Muchas veces la parte interna infectada es mucho más grande y dañina que lo que se aprecia desde afuera a simple vista.
Está analogía de la erupción de un grano con la revelación de malas prácticas en la administración pública, aplica perfectamente en el caso del secretario del Trabajo del gobierno de Tamaulipas, Gerardo Illoldi.
Cuando se abrió la caja de Pandora que contenía los secretos del presidente municipal suplente de Victoria, el flujo de información semeja el brote de pus sanguinolenta de un grano, el drenado de una pústula.
Así nos enteramos de las múltiples propiedades del Yodi. Así entendimos su resistencia a aceptar su promoción a Secretario del Trabajo, y su deseo de permanecer en el área de Egresos de Finanzas, en donde obtenía generosas comisiones por “agilizar los pagos”. Así comprendimos su afán de dejar un recomendado en esa posición, de la que sigue pendiente, y por esa misma razón el poco aprecio y cuidado que le pone a la Secretaría a su cargo.
Alguien pinchó el grano y la mugre brotó incontenible, destrozando la imagen del jovenazo al que muchos auguraban un futuro promisorio, en el que sería protagonista de la segunda temporada del “Corazón de Tamaulipas”.
Los actores políticos victorenses ahora están en la línea de fuego. Se acabó el tiempo del protagonismo, del manejo de recursos y de los negocios, sin ser tocados con el pétalo de una nota periodística.
Los escándalos en Salud, en Finanzas, en Trabajo y en la Universidad, como antes con los Muñecos, son indicios de la lucha política por la sucesión, muy adelantada.
Ahora le tocó la crítica al vecino de Puerta de Hierro… y de cinco o seis colonias mas. Mañana puede ser cualquiera, si se siguen portando mal o si no ponen orden en la casa.
