Sin Filtros; por Brenda Ramos
En Altamira, la transformación no solo se queda en palabras, sino que se respalda con hechos. Armando Martínez Manríquez, alcalde del municipio, ha presentado su informe de los primeros 100 días de la administración 2024-2027, y los resultados no dejan lugar a dudas: la ciudadanía ha depositado su confianza en un proyecto sólido y con visión a futuro.
La clave de este respaldo radica en el trabajo tangible. En materia de salud, el alcalde destacó la realización de 18,400 consultas médicas gratuitas, un esfuerzo que se suma a las más de 360,400 otorgadas en su administración anterior. Además, iniciativas como la entrega de sillas de ruedas, prótesis, y aparatos auditivos han dado soluciones concretas a quienes más lo necesitan. El impacto social se refuerza con proyectos como la próxima construcción de la Casa Hogar para la Infancia del DIF Altamira, una obra posible gracias a una ingeniosa estrategia de recaudación.
El dinamismo también se refleja en la infraestructura. La rehabilitación de calles, parques, espacios deportivos, y la instalación de más de 500 luminarias han posicionado a Altamira como una ciudad vibrante y en constante mejora. Por otro lado, obras como el puente flotante en la Laguna de Champayán no solo embellecen el municipio, sino que muestran su potencial turístico, con más de 22,000 visitantes en tan solo tres meses.
Pero la transformación de Altamira no solo se ve en el presente; también se proyecta hacia el futuro. El Complejo Integral Multidisciplinario Altamira (CIMA) promete revolucionar el desarrollo deportivo y cultural, consolidándose como un referente estatal y nacional. Este compromiso con el progreso también es evidente en la atracción de inversiones como The Home Depot y Grupo Chedraui, que generan empleos y dinamizan la economía local.
El respaldo ciudadano hacia Armando Martínez no solo se mide en logros tangibles, sino también en encuestas. Según Demoscopía Digital, su gestión mantiene una aprobación sólida, un indicador de que su proyecto de transformación cuenta con la confianza de los altamirenses. Este respaldo ciudadano es crucial para que el alcalde continúe impulsando su agenda con fuerza y legitimidad.
La aprobación de Armando Martínez no es fortuita; es el resultado de un liderazgo que entiende que la política se mide en resultados. Altamira está en camino de consolidarse como un modelo de desarrollo en Tamaulipas, y con el apoyo de su gente, esta administración sigue demostrando que transformar un municipio no es un sueño, sino una realidad en marcha.