Por: Vicente Hernández
«El periodismo es el arte de achicar distancias acercando palabras, de tomar la realidad en pequeñas porciones y compartirla para ayudar a entenderla»
Cada 4 de enero se ha dado por festejar el “Día del Periodista” pero si analizamos bien el hecho ¿qué tenemos que festejar? Si al menos 53 periodistas fueron asesinados por ejercer su profesión en México, durante el recién concluido sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador (más los que no fueron reportados) de acuerdo con la agencia especializada en estudios de opinión pública TResearch coincidiendo con el balance que la organización internacional Reporteros sin Fronteras elaboro hasta el mes de diciembre
La costumbre de celebrar el día del periodista se pierde en el tiempo, pero su origen se dice fue para honrar la memoria de Manuel Caballero llamado “El decano del periodismo” quien nació en Tequila Jalisco un primero de enero de 1849 y falleció un 4 de enero de 1926 en la ciudad de México, fue un periodista adelantado a su tiempo y fue el padre de un estilo de periodismo moderno, ágil y comprometido, que revoluciono la industria del periodismo en México.
Algunos que trabajamos en el oficio periodístico, no solamente no celebramos porque sentimos dudas, coraje y tristeza de leer cotidianamente sobre compañeros muertos, desaparecidos y encarcelados por el único delito de escribir la verdad, sentimos coraje por la impunidad que prevalece en el 99 % de los crímenes contra los trabajadores de la prensa, y que le da a México la fama de ser el país más peligroso del mundo para ejercer el periodismo, atrás quedaron aquellos años en que la prensa era nombrada como “El Cuarto Poder” hoy día este poder esta disminuido por las autoridades, funcionarios, pero principalmente por el crimen organizado, ya que en su mayoría los periodistas muertos o desaparecidos estaban dedicados a escribir nota roja.
Recuerdo aquellos años en que la credencial de periodismo era respetada, pero en la actualidad es ninguneada por escoltas y guardaespaldas de funcionarios de los tres niveles de gobierno, porque para poder acceder a un acto oficial las hoy llamadas pomposamente Direcciones de Comunicación Social (antes oficinas de prensa) son las encargadas de expedir a quien ellos les conviene gafetes con la leyenda “invitado”, sin especificar el medio informativo al que representa, y no conforme se les asigna una área determinada; los ya famosos “corrales” y son incontables los enfrentamientos de los reporteros con los guaruras que de manera prepotente atajan y bloquean la labor de los reporteros gráficos, devaluando con estas acciones la antes valorada profesión de periodista.
Pero no toda la culpa es de los funcionarios también en nuestras filas se han colado todo tipo de holgazanes, ex criadas, roba perros, y viciosos que diciéndose periodistas atracan prácticamente a regidores, directores y funcionarios de primer y segundo nivel, con el cuento de que “vamos para Victoria y necesitamos para la gasolina” “la asociación de periodistas a la que pertenezco celebra su aniversario y necesito que coopere” y miles de cuentos más que los funcionarios se los crean o no, pero les sueltan el billete.
Están también los que dicen ser corresponsales de medios informativos de México, de Victoria y hasta de Rusia pero que nunca demuestran con algún artículo, nota o columna publicada, los hay también los que con un celular graban un evento y sin editar lo suben a Facebook y se dicen “reporteros televisivos” y escribo esto sin el ánimo de ofender a estos personajes, pero lo cierto es que lejos de enaltecer la profesión la denigran.
El pasado día 4 de enero en Altamira el alcalde ofreció un frugal almuerzo a los reporteros que cubrimos la fuente de gobierno municipal, fue un almuerzo carente en exaltaciones al oficio sin discurso oficial, pero si una amena platica con el alcalde sobre diversos temas culminando con un sencillo regalo a cada uno de los que asistimos, pero ya fuera del lugar del festejo me volví hacer la misma pregunta: ¿Día del Periodista? ¿Tendré algo que festejar? No lo creo.
