Carmen Lilia Canturosas y el desafío de materializar promesas en Nuevo Laredo
Fuentes fidedignas. Por: Isaias Alvarez
En política, como en la gestión pública, las intenciones no bastan: lo que cuenta son los resultados. En el caso de Nuevo Laredo, los números respaldan los discursos. Con inversiones millonarias, infraestructura clave y una agenda social reforzada, la administración de Carmen Lilia Canturosas está logrando que esta frontera deje de ser solo un paso comercial para convertirse en un polo de desarrollo económico y social. Sin embargo, el éxito no se mide solo por la magnitud de las promesas, sino por la capacidad de materializarlas dentro de plazos concretos y con impactos palpables.
Para empezar, en un país donde la educación es vista con frecuencia como un gasto y no como una inversión, la administración municipal destinó 72 millones de pesos en becas para el ciclo escolar 2024-2025. Este programa incluye apoyos directos para alumnos de primaria y educación especial bajo el esquema “Juntos lo Hacemos Posible”, permitiendo que dos hermanos por familia accedan a los beneficios, con un monto total de hasta 7,000 pesos por familia. El filtro de acceso es estricto: los alumnos deben tener un promedio mínimo de 8.0 y no recibir apoyos del Instituto Tamaulipeco de Becas (ITABEC). Además, el proceso es completamente digital y transparente, con registros abiertos hasta el 19 de enero de 2025 y resultados disponibles el 17 de marzo de 2025, garantizando eficiencia y combate a la burocracia.
De igual manera, en el terreno del desarrollo económico, las obras de infraestructura no se limitan a anuncios mediáticos. La construcción de la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM) avanza a un 87.53% y estará terminada en marzo de 2025, consolidando a Nuevo Laredo como el puerto terrestre más importante de América Latina. El proyecto incluye instalaciones comerciales y habitacionales para el personal aduanero, marcando un hito en la modernización fronteriza.
Pero lo más ambicioso es, sin duda, el proyecto del tren de pasajeros Nuevo Laredo-Ciudad de México, cuya construcción contempla 3,393 kilómetros de vías férreas y proyecta generar 80,000 empleos directos y 171,000 indirectos. A una velocidad de hasta 200 km/h, esta obra conectará el norte del país con la capital, apuntalando a Nuevo Laredo como una ciudad clave en el mapa logístico de México. La fecha de culminación proyectada es el 2028, una meta tan ambiciosa como necesaria.
Ambos proyectos de origen federal demuestran una coordinación efectiva entre los tres niveles de gobierno, donde Carmen Lilia ha destacado como una líder capaz de gestionar alianzas estratégicas y fortalecer la colaboración institucional para asegurar el avance de estas iniciativas. Su habilidad para establecer diálogos constructivos y encabezar gestiones clave ha permitido que obras largamente postergadas se transformen en realidades en proceso, consolidando a Nuevo Laredo como un eje logístico y económico fundamental para el desarrollo del país.
Por otro lado, en política internacional, los reconocimientos son señales de confianza. El Outstanding Commitment Award 2024, entregado por la Association of Logistics & Forwarding Agents (ALFA) a Canturosas Villarreal, es un indicador de la percepción positiva que genera la gestión municipal más allá de las fronteras. El premio reconoce no solo su capacidad de gestión, sino su habilidad para negociar y colaborar con figuras clave de Estados Unidos, como el alcalde de Laredo, Texas, Dr. Víctor Treviño, y Armando Taboada Jr., subdirector de Operaciones de Campo.
Gracias a esta cooperación transfronteriza se han logrado concretar obras largamente postergadas, como la construcción del segundo cuerpo de la carretera MEX-2 y el mantenimiento de la autopista Nuevo Laredo-Monterrey, proyectos que durante más de 20 años fueron simples promesas. Hoy, son realidades en proceso.
En consecuencia, la clave detrás de estos logros radica en un modelo de gestión basado en datos concretos y objetivos claros. No se trata solo de obras visibles, sino de generar políticas públicas sostenibles que impulsen la competitividad y mejoren la calidad de vida de los neolaredenses. Sin embargo, las cifras imponen un desafío mayor: mantener el ritmo y asegurar la transparencia. Los éxitos iniciales pueden convertirse en un arma de doble filo si no se consolidan. La memoria social es frágil, y la política mexicana está llena de casos donde el desarrollo se desmorona cuando la atención se desvía o los recursos se diluyen.
En definitiva, las obras terminadas pesan más que los proyectos anunciados. Hasta ahora, Nuevo Laredo avanza con una dirección clara y resultados medibles. Si el liderazgo local se mantiene enfocado en ejecutar lo prometido, esta frontera podría dejar de ser vista como un paso obligado para convertirse en un eje de desarrollo nacional y transfronterizo.
La gestión pública es como un tren en marcha: los retrasos son imperdonables, pero cuando avanza sin detenerse, deja un camino difícil de seguir.