“Cuando se enojan las comadres…se dicen las verdades”
Por: Vicente Hernández
“En materia de partidos políticos, que el perro coma al cerdo o que el cerdo coma al perro me tiene por completo sin cuidado.”
«Henry Clay»
El enfrentamiento que se dio hace varios días entre el Senador Adán Augusto López Hernández y Ricardo Monreal Ávila, viene a confirmar lo que ya se había estado manejando en columnas periodísticas; la creciente división en Morena desde antes y después del 1° de octubre, cuando la presidenta Claudia Sheinbaum tomo las riendas del gobierno federal.
El grupo de los “Puros” que son obedientes, sumisos y devotos a Andrés Manuel López Obrador, y los fieles a la presidenta Claudia se han enfrascado en una fiera lucha, los primeros en acatar la línea que el huésped de casa “La Chingada” les tira, y los Claudistas que luchan por zafarse del cordón umbilical que los une con el ex presidente López Obrador, que aun transcurridos casi tres meses, sus iniciativas legislativas y sus inútiles y sus costosas obras faraónicas, son las que dominan la mayor parte del tiempo durante las mañaneras “del pueblo”, y todo parece indicar que tendrá que pasar por lo menos un año, antes de que la Presidente Sheinbaum tenga el dominio total, tanto de su discurso, como su estilo de gobernar, que al menos en algunos aspectos muestran el reverso de la moneda, de la política autocrática que prevaleció durante los seis años anteriores.
Las diferencias entre el Senador Adan y el diputado Ricardo, es el resultado del escrutinio que el primero, junto a su equipo realizara a las cuentas de gastos y contratos de su antecesor en la Coordinación del Senado, ya que fueron detectados actos de corrupción, y servicios pagados a sobreprecio, que ni siquiera funcionan correctamente, en lo primero se refiere a una empresa a la cual anualmente se le beneficiaba con un poquito más de 60 millones de pesos, para la prestación de la administración de los archivos, la mencionada empresa que presta el servicio se llama Full Servicie de México.
Pero en los archivos del Senado, no hay más información de la compañía que el nombre y el contrato firmado año por año, por este motivo el tabasqueño Adán Augusto le pidió al director de Asuntos Jurídicos, presentar las denuncias correspondientes, porque la administración del archivo consistía simplemente en tener papelería en una bodega en el estado de Hidalgo, o sea, que como único gasto de la citada compañía era nada más pagar la renta, y un velador.
En el segundo punto, Adán se refiere a la asignación de un contrato para la colocación de elevadores en el Senado, los cuales (señalo) desde su instalación han funcionado deficientemente, incluso hubo legisladores que quedaron atrapados en uno, debido a que fallan constantemente, debido a estas irregularidades, se tomó la decisión de rescisión de un contrato multianual (por) 90 millones 427 mil 500 pesos, a una empresa que se llama Grupo Piasa.
Por su parte Ricardo Monreal se declaro victima de “fuego amigo”, destacando que existe una gran diferencia: porque antes las acusaciones venían de la oposición, pero ahora parten de otros integrantes de Morena, en referencia a Adán Augusto, además negó que haya irregularidades en los hechos denunciados en la tribuna del Senado por el aludido, pero también señaló que durante su gestión no dispuso de los recursos del fideicomiso “guardadito” por más de mil millones de pesos, que posee el Senado desde la construcción de su edificio, puntualizando que: “Ese es el origen de los infundios y falsedades”
La verdad es, que este choque entre los dos morenistas, obedece más a una batalla calculada, fría y por qué no decirlo, vengativa, dirigida desde Palenque, debido a que Monreal dejo de ser uno de los actores principales en la obra morenista, debido a que el guion ya estaba escrito, ya saben por quién, y su relevo como actor principal en esta puesta en escena de una comedia mágico, cómico musical, será el tabasqueño Adán Augusto López, hermano de toda la vida del expresidente López Obrador, porque Adán sabe que desgastar a Monreal lo fortalece como una figura de poder dentro del movimiento, especialmente si aspira a suceder al líder máximo en el mediano plazo. -Como dijo José Feliciano “veremos”