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Denuncié una amenaza de muerte

«Sí, somos palomas… pero mensajeras. Y cuando un ejército de palomas mensajeras se lanza al vuelo, ni el viento más fuerte puede detener su mensaje.»


Sin Filtros; por Brenda Ramos

Primero que nada, quiero agradecer todas las muestras de apoyo y solidaridad que me han brindado tras la amenaza de muerte que recibí el pasado 8 de diciembre. En especial, agradezco a mis compañeros y compañeras del gremio periodístico, quienes valientemente expusieron esta delicada situación en sus medios de comunicación, a pesar de que los presuntamente involucrados son actores políticos de gran poder en el estado.

No me cansaré de reconocer su valiosa camaradería en un estado donde, al ejercer el periodismo, “las banquetas son tan estrechas”. Hicieron suya la frase “todos para uno y uno para todos”, y por eso les envío un abrazo profundo. Nunca podré pagarles todo su apoyo incondicional en este momento tan crítico para mí y para la defensa de nuestra libertad de expresión.

El incidente inició, el pasado 8 de diciembre de 2024, recibí un mensaje de voz a mi WhatsApp desde un número desconocido. La amenaza por audio era clara: “Te voy a matar”. Más temprano duramente ese mismo día, recibí múltiples llamadas insistentes, con la intención de hacerme proporcionar un código enviado a mi celular para obtener acceso a mi información personal.

Estos ataques cibernéticos se habían intensificado en las últimas semanas: intentos de hackeo a nuestras cuentas de redes sociales, correos maliciosos y mensajes engañosos para acceder a la información de nuestros medios de comunicación, Sentido Común y Tribuna Abierta para tumbarlos, como les ha pasado a muchos de ustedes.

Fue por esto que decidí denunciar formalmente ante la Fiscalía General de la República, evitando que esta situación escalara a consecuencias más graves. No me callaron antes y no me van a callar ahora.

Esta amenaza ocurrió después de la publicación de una serie de investigaciones y artículos periodísticos que señalan a un grupo político de Reynosa, compuesto por los senadores José Ramón Gómez Leal y Maki Ortiz, su hijo el alcalde Carlos Peña Ortiz, y las diputadas federales Claudia Hernández y Casandra de los Santos Flores.

Entre los artículos publicados por mi equipo y por mí, destacan los exhortos de estos legisladores al Congreso del Estado de Tamaulipas para favorecer a la administración de Carlos Peña Ortiz, presentados ante el Senado de la República y ante el Congreso de la Unión. También criticamos el polémico árbol navideño millonario colocado por el Ayuntamiento de Reynosa, así como la propuesta de una ley de ingresos desmedida y voraz, la cual generó rechazo por parte de diputados locales, cámaras de comercio y diversos organismos.

Además, documentamos la “buena relación” entre este grupo político y la familia Cabeza de Vaca, quienes han aparecido juntos en eventos públicos. Un detalle clave es que la regidora Sofía García Gómez, sobrina de José Ramón Gómez Leal, apoya incondicionalmente a Carlos Peña Ortiz en todas sus decisiones, actuando como su aliada en lugar de como oposición.

Al respecto, consultamos a la presidenta de MORENA, Luisa Alcalde, sobre las alianzas políticas implementadas entre ellos, para solidificar el Partido Verde. Sus respuestas no favorecieron al grupo político de Reynosa, el cual se ha quitado las máscaras y apunta a la gubernatura en 2028. Estrategia que no sería la primera vez que se utiliza, pues en las elecciones pasadas en San Luis, el partido MORENA denunció los tratos entre el Partido Verde y el PAN para derrotarlos.

Ahora, para aquellas voces que me dicen, que llevo años señalando al gobierno de Carlos y compañía y “nunca me habían amenazado antes” les voy a responder con el siguiente recuento de incidentes de censura:

El 22 de noviembre de 2021, tras compartir una investigación de un compañero sobre una camioneta de lujo de la diputada federal Casandra de los Santos, fui atacada públicamente por ella, por lo que presenté una denuncia formal ante la Fiscalía con el expediente FED/TAMP/REY/0002265/2021 Célula I-3. Al día siguiente, recibí una llamada intimidatoria.

El 20 de febrero de 2023, el alcalde de Reynosa, Carlos Peña Ortiz, arremetió verbalmente contra mi después de cuestionarlo en entrevista sobre la inseguridad en Reynosa. El alcalde es conocido por atacar verbalmente a periodistas mujeres que le hacen preguntas incómodas, por utilizar frases como “que sigan ladrando los perros”, decir que los ciudadanos que pasen por calles que se inundan “son pendejos”, o que, quien no quiera trabajar con ellos “que chingue a su madre”.

El 20 de diciembre de 2023, en Ciudad Madero, fui agredida físicamente por integrantes de la asociación “Por ella, por todas”, liderada por Maki Ortiz Domínguez. Mujeres, me empujaron e impidieron realizar mi trabajo periodístico. Un compañero periodista grabó el incidente, el cual fue expuesto en redes sociales.

Hasta aquí, no he terminado con el tema. Aún hay mucho que decir. En mis próximas columnas, abordaré temas como la censura que enfrentamos los periodistas, los pasos para presentar una denuncia, el derecho a la libertad de expresión y si hay avances en la investigación.

Hoy, sin embargo, quiero cerrar con esto:

Puedo no estar de acuerdo contigo, pero siempre defenderé tu derecho a expresarte. Esa es la esencia del periodismo y la razón por la que denuncié: para defender la libertad de expresión en Tamaulipas y proteger nuestro derecho a informar sin miedo.

Nosotros no tenemos millones, ni fueros, ni cargos de poder. Pero nos tenemos unos a otros, con una fuerza que ningún privilegio político puede igualar.

Hay quienes se creen invencibles, que se elevan como águilas, convencidos de que pueden cazarnos, porque nos ven como simples palomas.

A ellos les digo: En efecto, somos palomas… pero mensajeras. Y cuando un ejército de palomas mensajeras se lanza al vuelo, nadie nunca ha podido detener su mensaje.

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