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En Reynosa, pactaron con los Cabeza

*Habrá dos candidatas y un solo padrino

Fuentes fidedignas. Por: Isaias Alvarez 

En Reynosa, la política dejó de ser un ring de confrontación para convertirse en un circo de alianzas descaradas. La presentación del libro «No nacemos rotos, nos rompen» fue la puesta en escena de una verdad que ya muchos intuían: Maki Ortiz y Carlos Peña Ortiz han pactado con los Cabeza de Vaca, y lo hacen sin ningún intento de disimulo.

En primera fila el alcalde compartió espacios con Sofía García Gómez, regidora de Acción Nacional e hija de Francisco García Cabeza de Vaca; junto a ella, su abuela Graciela Leal de Gómez, suegra del exgobernador y los “MORENISTAS” la diputada federal Claudia Hernández y el Senador José Ramón Gómez Leal. El alcalde, desde el micrófono, agradeció a las cabecistas con nombre y apellidos, confirmando lo que ya se cantaba en los pasillos del ayuntamiento: la alianza no solo es real, es con un fin en común.

Y aquí entra el verdadero arquitecto: José Ramón Gómez Leal, el supuesto distanciado de Cabeza de Vaca, que con este acto deja claro que la familia es la familia, y que el engaño de una ruptura con su cuñado fue solo eso, una mentira. Desde el principio se supo que su lealtad no estaba con Morena, sino con los suyos. Ahora lo confirma impulsando a dos candidatas para Reynosa: su sobrina Sofía García Gómez por el PAN y Claudia Hernández por Morena. Dos frentes distintos, un solo padrino que busca garantizar que el apellido Cabeza de Vaca siga manejando los hilos del poder.

La estrategia no es nueva. Durante la campaña a la alcaldía, Carlos Peña evitó cualquier choque frontal con los cabecistas. Hoy, con el respaldo visible a Sofía y Claudia, el pacto queda más que claro. No importa quién gane, la familia asegura el control. Morena o PAN, colores intercambiables al servicio de los mismos intereses.

El botín principal, como siempre, es COMAPA. Desde que la administración arrancó, la toma de decisiones en este organismo se cedió a personas de confianza del senador Gómez Leal. Todo, bajo el manto protector del juez Faustino Gutiérrez, quien juega su papel asegurando que la COMAPA siga en el poder del clan maki-cabecista. Faustino, el mismo juez que amparó al exgobernador, sigue garantizando que el bastión económico más importante de Reynosa no salga de las manos vacunas.

La narrativa de un José Ramón distanciado de Francisco siempre fue difícil de creer. Ahora, con su respaldo abierto a Sofía y Claudia, queda claro que la sangre pesa más que cualquier bandera política. La familia siempre se antepone, y Reynosa, como siempre, queda relegada a sus propios problemas. Mientras ellos se pasean cómodamente en primera fila, la ciudad sigue rota.

Si Reynosa está rota, no es casualidad. Fue quebrada por las mismas manos que hoy celebran pactos en público. Pactaron con los Cabeza, y la factura sigue llegando a quienes menos la merecen.

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