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El regreso de la corrupción en Tamaulipas

Fuentes fidedignas. Por: Isaias Alvarez

Parece broma, pero no lo es. Ismael García Cabeza de Vaca está de vuelta en el Congreso como si fuera un funcionario ejemplar. El hombre, que había desaparecido supuestamente por COVID-19, regresa con el respaldo de su partido -secuestrado por su familia- y un par de amparos bajo el brazo. El mensaje que da a entender con sus acciones es claro: en Tamaulipas, las reglas no aplican para todos por igual.

¿Qué hizo Cabeza de Vaca? Mientras los tamaulipecos lidian con la violencia y la corrupción, él sigue en lo suyo. Afirma que no tiene problemas legales, como si con eso borrara los señalamientos en su contra. Miles en Tamaulipas hablan de sus manejos turbios, pero su partido, el PAN, le ha dado refugio. Y es este mismo número de personas que lo señalan que observan cómo un político acusado sigue operando como si nada, logrando impunidad y fuero por la vía plurinominal.

Pero Ismael no es el único indeseable. Vicente Verástegui Ostos, otro personaje conocido por sembrar miedo y caos, ahora quiere jugar el papel de víctima. Su “show” mediático ha sido una obra de distracción. Movilizaron fuerzas federales en su nombre, pero no para garantizar la seguridad en el estado, sino para proteger su imagen y desviar la atención de los problemas reales que enfrenta. Parece que la estrategia que quiso lograr era sencilla: victimizarse para evitar enfrentar la justicia.

Mientras tanto ¿Qué hace El PAN nacional?, en lugar de tomar acciones, sigue arropando a estos personajes porque dentro del partido, proteger a quienes han estado involucrados en actos turbios parece ser más importante que escuchar a los ciudadanos que están hartos de la corrupción.

Mientras Ismael García Cabeza de Vaca, Gerardo Peña Flores y los hermanos Verástegui siguen agarrados de un hueso y protección, los tamaulipecos enfrentan la peor parte: ser ciudadanos de a pie, sin protección, sin guaruras, sin fuero y sin amparos.

Tamaulipas no merece tener personajes de esa calaña en la política. Pero mientras individuos como García Cabeza de Vaca y Verástegui sigan ocupando espacios de poder, contribuirán al retroceso del bienestar en el estado. Estos políticos no representan los intereses de la gente, sino los propios. Y mientras tanto, el caos y la impunidad siguen siendo el PAN de cada día.

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