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Mucho ruido y pocas nueces

Sin Filtros; por Brenda Ramos

Rubén Sauceda Lumbreras, el alcalde de Matamoros, acaba de dar su informe de gobierno, que resultó ser mucho ruido y pocas nueces, pues en lugar de ser transparente, se aventó un discurso lleno de errores, ideas prestadas y, para rematar, un claro desprecio por seguir las reglas. ¿Qué estará ocultando detrás de tantas palabras bonitas y tan poca claridad?

Desde el inicio, el informe de Sauceda fue un desastre. Se le olvidaron los agradecimientos básicos: nada para las autoridades militares, ni una palabra para los secretarios municipales, y hasta dejó colgado al cabildo y al DIF. Parecen detalles sin importancia, pero demuestran que ni para eso hay coordinación o respeto. Pero el problema no es solo lo que no dijo; lo que más llamó la atención fueron las frases que decidió robarse de otros. Citas sacadas del baúl de administraciones pasadas, como la clásica de Tomás Yarrington: «La ciudad limpia no es la que más se barre, sino la que menos se ensucia». ¿De verdad, alcalde? ¿Tanta flojera le dio buscar una frase propia?

Más preocupante aún es cómo se apunta triunfos que no le tocan. En su informe, Sauceda presumió la construcción de la Preparatoria de Palmitas y la renovación del mercado Catarino Garza, proyectos que, según documentos oficiales, ni siquiera son de su administración. Situaciones que son pruebas de que está más interesado en construir su propia historia que en informar la verdad.

Y no solo fue lo que dijo, sino cómo lo manejó. La falta de un representante de alto nivel del gobierno estatal en el evento —mandaron a un asesor cuando normalmente vendría un secretario— no parece un descuido. Es un mensaje clarito de que Rubén se está quedando más solo que nunca en el ámbito político.

Su estilo de gobernar saliendo del edificio por la puerta de emergencia en lugar de usar las escaleras principales se ha vuelto una metáfora de su forma de hacer las cosas: siempre evitando dar la cara, escapando de los problemas en lugar de enfrentarlos. En vez de escuchar críticas constructivas o dejarse aconsejar, prefiere encerrarse en su propia burbuja, creyendo que sus discursos lo hacen ver bien, cuando en realidad solo dejan más dudas.

Con las fiestas patrias a la vuelta de la esquina, la pregunta es inevitable: ¿cómo va a manejar Sauceda el Grito de Independencia? ¿Otra vez va a improvisar y pasarse el protocolo por el arco del triunfo, como lo hizo en su informe? ¿O finalmente  actuará como el alcalde que Matamoros necesita?

El informe de Rubén Sauceda dejó un sabor amargo. Demuestra que su corta administración está más preocupada por verse bien que por hacer las cosas como deben de ser. Matamoros no necesita discursos rebuscados ni éxitos inventados. Solo necesitan saber la verdad, cuentas claras, y sobre todo, un compromiso verdadero con la gente.

Rubén Sauceda debería saber que ser alcalde no es para salir en la foto, sino para servir. Y si no lo entiende, será nuestro trabajo hacérselo saber.

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