Mayoría calificada en el Congreso unicameral en Tamaulipas anuncia cambios inéditos en el régimen político regional
Por Óscar Aldrete
Politólogo
Los encargos otorgados en las urnas son temporales, sujetos a interrupciones antes del ciclo para el que fueron electos, incluso antes de iniciar su periodo… Esto ocurre con frecuencia en las democracias constitucionales de Latinoamérica. En México, aunque no es una práctica común, se han dado casos.
En parlamentos estatales unicamerales, retirar del cargo a un mal gobernante es muy factible, más aún cuando el partido o coalición oficialista tiene la mayoría calificada en el poder legislativo. Esto es, tiene los votos para separar de la función electiva a un personero que ha perdido la confianza de los ciudadanos electores.
El 2 de junio del año en curso, una parte de los potenciales electores otorgó la mayoría calificada al partido en el gobierno, algo que no sucedía desde hace algunos lustros en la entidad. Este es un elemento estratégico para que, dentro del respeto al equilibrio de poderes y al espíritu separatista de Montesquieu, la asamblea legislativa facilite el aterrizaje de la agenda político-administrativa al titular del poder ejecutivo estatal.
La narrativa que aspira a ser ilustrativa en este comentario es para poner en contexto el delicado y grave caso de Reynosa, Tamaulipas. Es público y muy notorio que la mancuerna de madre e hijo, es decir, Maki Esther Ortiz y Carlos Peña, nunca, así como lo lee, estimado lector, nunca trabajarán en armonía con el jefe político en la entidad, Américo Villarreal Anaya.
Luego entonces, en ese escenario que afecta sobremanera a las familias reynosenses, la única vía es solicitar al Congreso del Estado la remoción del insurrecto Carlos Roberto Peña Ortiz. Este debe atender a priori la demanda ciudadana… No existe otra opción, eso lo sabe Américo Villarreal, lo saben los diputados morenistas, neo morenistas y las facciones emergentes que integraron la coalición electoral. Aunque no está materializada de jure la coalición parlamentaria, se da por hecho que trabajarán sobre una misma agenda parlamentaria.