Sin Filtros; por Brenda Ramos
Los recientes cierres de tiendas OXXO en Nuevo Laredo, bajo la presión de grupos criminales, llevan un sello claro: el de una figura política incapaz de aceptar la derrota. Las masas, las redes sociales y aquellos intimidados por la delincuencia, señalan que estos cobardes actos tienen el sello de la perdedora de la elección municipal Yahleel Abdala. La ex candidata, conocida por su retórica incendiaria, parece ahora enfocada en desestabilizar la ciudad para socavar la administración de Carmen Lilia.
El día de hoy, Abdala acusó al gobierno municipal de gastar recursos en temas superficiales, mientras ignoraba áreas críticas como la salud, suplicando por “humanidad” se donará material al IMSS de Nuevo Laredo. Sin embargo, estas críticas resultan irónicas, considerando que cuestiones como la seguridad y la salud pública, particularmente en instituciones como el IMSS, no son competencia del municipio, sino de los gobiernos federal y estatal.
Sin embargo, estas declaraciones suenan muy hipócritas considerando su pasado, tanto cuando fue dirigente estatal en el PRI como cuando estuvo al frente de SEBIEN en el PAN, pues su contribución fue más simbólica que efectiva, ya que mientras estuvo firmando en estos puestos solo acudió a cobrar, a pelear y a gritar, sobre todo cuando fue legisladora.
Dichos cargos, los utilizó como moneda de cambio para movimientos políticos, pues nunca se le vio ni se le recuerda de “humanitaria” a pesar de que por lo menos en SEBIEN era su deber. Por el contrario, la dependencia estatal quedó en quiebra, con desfalcos millonarios y muchos nuevos ricos, impunes y protegidos por el poder judicial, dedicándose a sembrar el pánico en los municipios que el PAN no pudo ganar a la buena.
La violencia y las respuestas ante esta cayeron como fichas de dominó organizadas para el espectáculo. Ni siquiera se molestaron en borrar sus huellas, cuando luego de que estallara la crisis, causalmente el periódico EL NORTE, arreció con un ataque mediático contra Carmen Lilia usando una simple fotografía como excusa para cuestionar su liderazgo.
Estrategias de manipulación, que nos sabemos al revés y al derecho, pues estos ataques buscan crear una narrativa negativa, desviando la atención de las verdaderas causas de la inseguridad y la crisis en la ciudad.
La situación actual en Nuevo Laredo es crítica, y hay indicios de que los disturbios podrían intensificarse. Los rumores sobre actos de violencia planificados apuntan a una agenda de desestabilización que podría tener consecuencias graves, a lo que la respuesta de las autoridades fue enviar un grupo de 100 elementos del ejército a la ciudad.
Por otro lado, los demonios también se liberaron en Reynosa Tamaulipas, convirtiéndola en la ciudad más insegura del estado para ejercer periodismo, ya que la semana pasada en un claro intento por coartar la libertad de expresión, fueron vandalizadas las instalaciones de FOCUS RADIO, luego de que la línea crítica de señalar los errores de administraciones gubernamentales, calara hondo al punto de llegar a daños materiales, siendo claramente una advertencia para aquellos compañeros periodistas que laboran en dicho medio de comunicación, así como para aquellos a quienes nos permiten el espacio en sus programas, a fin de exponer nuestras investigaciones, análisis y puntos de vista sobre lo que ocurre en Reynosa.
No estamos culpando al gobierno municipal de Carlos Peña Ortiz por este acto, pero tampoco estamos diciendo que ellos no fueron los responsables. Lo que si señalaremos es que, los temas que se han venido tocando, por supuesto que afectan a la familia que va para cuatro administraciones en el poder.
Nuestra solidaridad con el director de FOCUS RADIO Brando Deandar y con los compañeros del medio. Sabemos que el costo por la libertad de expresión es muy alto, pero lo es aún más, el perder esta libertad y antes de que una tragedia ocurra contra nuestros compañeros o contra aquellos pocos medios de comunicación que nos atrevemos a exponer los errores del gobierno de Reynosa, hacemos un llamado a las autoridades gubernamentales y a las organizaciones civiles, para que tomen cartas en el asunto y no se volteen para otro lado, con esta gran advertencia de intimidación a la prensa crítica de Reynosa.
