Fuentes fidedignas. Por: Isaias Alvarez
Muchas veces nos es difícil comprender por qué se ha elegido cierto candidato habiendo mejores prospectos, porque se eligió al que va saliendo de la cárcel, porque al que no hizo nada para merecer la candidatura, traicioneros, rateros, oportunistas, arribistas que ya pasaron por todos los partidos habidos. Con estas líneas ya se ha de imaginar a más de uno, pero son muchos que están donde no deberían estar.
En el caso de las diputaciones federales, nos damos cuenta que la mayoría, o va para reelección o brincaron del Congreso del Estado para buscar una posición en la cámara baja y viceversa. Lo triste de la situación es que las posiciones al final quedan entre los mismos, dejando de lado a gente realmente capaz y que pudiera ser un poco más comprometida con su labor.
Un claro ejemplo de lo que hablo es la residente de Nuevo León, Olga Juliana Elizondo, quien ya casi le salen raíces en la cámara de diputados. Y si nos preguntamos por alguna iniciativa que haya mejorado la calidad de vida de los tamaulipecos, no logramos encontrar algo que nos sirva. ¿Por qué es candidata de nuevo? Solo Dios y Morena lo sabe.
Ahí tenemos también la candidata a la diputación federal por el distrito — Casandra De Los Santos, que cuando estuvo en el Congreso local, se dedicó a beneficiar a su familia directa con iniciativas. Un claro ejemplo fue la iniciativa de no proceder con cárcel por alguna negligencia médica por parte de doctores; hay que aclarar que su esposo, cirujano plástico ‘patito’ operó junto con su hermano a varias pacientes con resultados desastrosos, cuando estos dos no tenían licencia.
El tema De Los Santos es extenso pero solo por unos pocos difundido, como las múltiples propiedades que está construyendo simultáneamente en Rio Bravo, incluida una clínica de varios pisos; y para acabarla de ‘amolar’, gestionó un recurso (los métodos para lograrlo no los sabemos) para pavimentar con concreto hidráulico la entrada a su colonia; y decimos ‘su colonia’ porque fácil, la mitad es de ella y su familia.
Otra de la frontera es Claudia Hernández, que no hallamos otra explicación para que le volvieran a dar candidatura, a que haya sido por medio de sus padrinos políticos; porque en Reynosa ni la conocen. Imagínense a Mario López, un operador político por excelencia, alcalde reelecto de Matamoros, con un nivel académico muy por encima del promedio, rodeado de candidatos que no dan una, que solo irán a dar a vergüenzas a la cámara de diputados, como ya lo hizo JR en el Senado y es candidato actualmente; al menos tendremos a uno con las credenciales apropiadas para que nos represente dignamente.
Pero en el PAN no se quedan atrás; tan solo con Vicente Verastegui tienen para dejar en vergüenza a la política tamaulipeca. Hace unas horas se difundió un video en donde amenaza a funcionarios de CONAGUA y a usuarios del distrito de riego 029 en Xicotencatl, tras haberlo encarado por extraer agua ilegalmente. Incluso se le detectó que robaba hasta la energía eléctrica para el bombeo del agua robada.
El diputado federal con licencia ha estado envuelto en varios escándalos, entre los últimos, el haber reventado el Congreso local el año pasado junto con otros cabecistas, en donde un reportero resultó agredido físicamente.
En contraste con Vicente, está Chucho Nader, panista alejado del cabecismo y dedicado a Tampico. Está de más decir que ha sido de los mejores alcaldes del país de acuerdo con todas las casas encuestadoras; múltiples galardones por sus gestiones al frente de Tampico y si ha tenido la oportunidad de visitar esta ciudad, se puede dar cuenta del nivel de compromiso del equipo de Nader para mantener una ciudad digna para los tampiqueños.
El cabecismo ha querido tumbarlo, pero ha podido más el trabajo y las ganas de mejorar su ciudad; no dudamos (Si es que CDV no mete las manos como con la senaduría) que sea una carta fuerte del PAN para la gubernatura del 28.
Si le seguimos nos acabamos la tinta; al menos nos queda el consuelo de que algunos si son aptos para desempeñar un cargo público y representarnos como se debe. De alcaldías y diputaciones locales ni hablamos; la dejaremos para la próxima porque tampoco cantan mal las rancheras.
