El huracán Lidia, que recientemente tocó tierra en México, ha sido catalogado como el tercer huracán más fuerte en impactar la costa del Pacífico mexicano. Con vientos sostenidos máximos de 140 mph, Lidia tocó tierra como un peligroso huracán de categoría 4, dejando un impacto significativo en la región. Este evento resalta la importancia de la preparación y la vigilancia durante la temporada de huracanes.
Lidia impactó la costa a aproximadamente 35 millas al sur-suroeste de Puerto Vallarta. Esta ubicación se encuentra a unas 60 millas al noroeste del lugar de impacto del huracán más fuerte registrado en el Pacífico mexicano, el huracán Patricia de 2015, que tenía vientos de 150 mph y una presión central de 932 mb al tocar tierra. El huracán Madeline de 1976, con vientos de 145 mph, fue el segundo huracán más fuerte que golpeó a México.
Puerto Vallarta se encontraba en el lado izquierdo más débil de la circulación de Lidia, por lo que no recibió el impacto completo de la tormenta. El lado derecho (el más poderoso del huracán) afectó a áreas menos pobladas. Sin embargo, Lidia podría terminar siendo una tormenta muy impactante para México, a juzgar por las consecuencias del huracán Patricia de 2015, que causó 14 muertes y alrededor de mil millones de dólares en daños. Hasta ahora, Lidia se ha relacionado con una muerte y daños dispersos, aunque las áreas más afectadas aún no han informado completamente sobre la situación.
Los remanentes de Lidia contribuirán a lluvias intensas en el sureste de los Estados Unidos y la costa del Golfo.
Lidia se disipó sobre el terreno elevado de México el miércoles por la mañana, pero los remanentes del huracán, junto con los de la Tormenta Tropical Max, que impactó en la costa suroeste de México el lunes. Los restos del disturbio llamado Invest 93L en el sur del Golfo de México, se unirán a una zona frontal sobre el norte del Golfo de México hoy y el jueves. La humedad de este sistema se desplazará hacia el este, provocando lluvias intensas de dos a cuatro pulgadas en la costa norte del Golfo y el sureste de los Estados Unidos hasta el viernes.
Desafortunadamente, estas lluvias pasarán en su mayoría por alto las áreas que están experimentando sequías extremas o excepcionales a lo largo de la costa oeste del Golfo, especialmente desde el sureste de Texas hasta el sur de Luisiana y Misisipi, donde las condiciones de sequía son las más intensas desde 2011.
