En un insólito giro de eventos, dos individuos involucrados en actividades delictivas intentaron estafarse mutuamente en una llamada telefónica. La conversación tuvo lugar entre Arbey Alberto Saenz Rojas, quien estaba detenido en el centro penitenciario El Diamante en Girardot, Cundinamarca, y una mujer que se hizo pasar por una asesora financiera llamada Luisa Pérez.
Durante la llamada, la supuesta asesora trató de convencer a Saenz de que tenía derecho a recibir una devolución de IVA por valor de 320 mil pesos colombianos. Sin embargo, la conversación dio un giro inesperado cuando Saenz preguntó a la mujer en qué prisión se encontraba, revelando que él también estaba encarcelado en El Diamante. La «asesora» rápidamente cambió de tono y admitió su situación en el centro penitenciario de Bogotá.
La conversación entre estos dos estafadores proporciona un vistazo al modus operandi de las bandas delictivas que operan desde la prisión, utilizando múltiples líneas telefónicas para estafar a personas fuera de la cárcel. Esta actividad delictiva a menudo implica solicitar grandes sumas de dinero y utilizar información personal robada de bases de datos y sistemas diversos.
