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Se exhiben seguidores de Arnulfo

Fuentes fidedignas. Por: Isaias Alvarez

Ningún gobernador de Tamaulipas, en la historia reciente, se ha metido en medio de manifestantes a sostener un diálogo. Aunque se trata de pocos eventos de este tipo (de Cavazos a Cabeza de Vaca, cada uno tuvo un par) no hay antecedentes de que el Ejecutivo Estatal negociara en persona en medio de una protesta. El primero que lo ha hecho es el doctor Américo Villarreal, para que lo entiendan aquellos que confunden prudencia con falta de voluntad.

Egidio Torre, por ejemplo, no soportó una pseudo protesta alrededor del Palacio y encarceló a Francisco Chavira. Cabeza de Vaca se lanzó igualmente contra Octavio Leal Moncada, por no mencionar los expedientes judiciales que abrió a candidatos  de Morena.

Es fácil exigir “atiende a los maestros y ponte a trabajar”, cuando al que reclaman es tu adversario. Pero resulta inadmisible el sermón de Francisco y el lamentable Ismael García Cabeza de Vaca contra el doctor Villarreal a causa del conflicto magisterial, porque ese par solo ha causado vergüenza a Tamaulipas y a México.

Quienes repiten los mismos argumentos de estos negados no se dan cuenta que se igualan a ellos o pasan por discípulos suyos. Imagínese ser un pupilo de Ismael. ¿Dónde cabe alguien así?

Entonces, para los que sostenían que el doctor se moría de miedo por el plantón, han tenido que reconocer su error.

Otra falsedad, la más absurda de todas, ha sido declarar a Villarreal Anaya como el perdedor de ese encuentro. Se les olvida que el gobernador no es el responsable de dejar a los niños sin clases: son los maestros, o más específicamente, los seguidores de Arnulfo Rodríguez, el líder sindical.

Si el doctor se propuso dejar un documento de este conflicto para el futuro (un vídeo o una grabación de audio) entonces le quedará claro a las próximas generaciones quien tenía voluntad y madurez para resolver el conflicto y quién no.

Al encontrarse con los manifestantes, el gobernador hizo dos compromisos claros: respetar a Arnulfo Rodríguez (nadie lo acusará de nada. Recuérdese lo que hacían los anteriores mandatarios).  También, el doctor les ofreció atender cada uno de sus 21 puntos (que nunca manifestaron por oficio). Estas fueron las ofertas que les hizo, y quedaron grabadas.

La respuesta de los manifestantes (muchos, empleados administrativos) fue esta: “Fuera Anime, fuera Aimé” (la secretaria de Educación). No aceptaron atender las peticiones, a pesar de la propuesta del gobernador. Desdeñaron hablar de sus derechos labores; solo querían influir políticamente. Todo quedó grabado.

Américo Villarreal les pidió levantar el paro de labores a cambio de desahogar una por una sus necesidades. Se negaron. Únicamente repetían como robots “Fuera Aimé, fuera Aimé“.

Analistas deshonestos interpretan ese coro como un fracaso para el gobernador cuando cualquier persona, con dos dedos de inteligencia, entiende que los maestros no respetan la educación de los niños ni protestan por derechos laborales, sino que están ahí por motivos políticos. Eso es lo que revelan directamente las imágenes grabadas.

El resorte político es cada vez más claro, ahora también por la presencia de dos figuras panistas: Álvaro Barrientos y Manglio Murillo; el primero incluso fue secretario del exgobernador Francisco García Cabeza de Vaca, hoy prófugo de la justicia, acusado de corrupción y peculado.

El otro, el exdiputado local Manglio Murillo, tuvo el descaro de ir a pedirle al doctor Villarreal que pare el conflicto magisterial. Ojalá hubiera pedido tambien honestidad, transparencia y democracia a Francisco García Cabeza de Vaca.

Mientras tanto, el dinero corrió en el plantón de maestros para que los manifestantes disfrutaran de carne asada, bebidas, postres, música y hasta difusión en medios, aunque sean portales fantasmas. Con emisarios del PAN haciéndose pasar por docentes o sumándose a la manifestación, cabe sospechar de ellos como financieros de este movimiento.

Llamar a este paro “voluntad de los maestros” es un error; es un paro de Arnulfo Rodríguez y un círculo de colaboradores cercanos, quienes chantajean a los maestros con represalias si no respaldan las acciones; eso ya está definido. Solo falta ponerle nombre al patrocinador de esta movilización.

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