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Causan Mañaneras de Armando Martínez abuso laboral y de género

Fuentes fidedignas. Por: Isaias Alvarez

Incapaz de despertar simpatías por sus propios méritos, Armando Martínez Manríquez tuvo la ocurrencia de organizar una conferencia mañanera cada lunes, a las 6:00 horas. Básicamente, es un servicio religioso, como una misa, en el que el alcalde sermonea a los reporteros acerca de la santidad de su gobierno y su amor al pueblo, amor falso desde luego. Nadie hace preguntas ni, mucho menos, señalamientos. Pero hay otras víctimas de la locura del edil altamirense: los trabajadores del Ayuntamiento.

Armando Martínez ha confirmado que buscará la reelección y se prepara para reconquistar a la gente. Sabe que le ha fallado en seguridad pública, en rendición de cuentas, en combate a la corrupción. Así que lo reprueban, a excepción de los trabajadores del ayuntamiento.

También se ha echado el compromiso de apoyar las otras candidaturas a favor de Morena, como las diputaciones locales y federales, junto con la de senador, aunque le juega las contras a los favoritos del gobernador en ese tema.

Vendrán meses difíciles y ásperos para el alcalde de Altamira, y la única manera de superarlos es con apoyo ciudadano, pero ya no tiene crédito con la gente, pues se quedó cortó en sus promesas.

Para reconquistar a los electores, Martínez Manríquez comenzó a dar conferencias matutinas todos los lunes, desde muy temprana hora, a imitación de Las Mañaneras de López Obrador.

Debido a la novedad, en los primeros días hubo cierta respuesta positiva de la gente y se generó mucha curiosidad. Pero pronto decayó en los aburridos monólogos en los que se autoalaba y presume gastos injustificables, como la compra de una draga vieja en 40 millones de pesos.

Desinflado su proyecto de comunicación, dio paso a uno de esos planes que solo se le ocurren a los déspotas de siempre: obligar a los trabajadores a defenderlo y a adorar su imagen.

Las redes sociales revientan de mensajes de empleados municipales que denuncian la presión, las amenazas y los castigos para forzarlos a apoyar las transmisiones del alcalde.

Para asegurarse de que sus Mañaneras piratas tuvieran interacciones, ya que la población dejó de seguirlas, nombró a un coordinador de redes sociales en cada área de la administración para verificar que todos den un “me gusta” o escriban alguna felicitación a favor de Armando Martínez.

No hay mucha diferencia entre el control de los empleados municipales en el régimen morenista de Altamira y el del gobierno nazi en Alemania,  ya que ambos buscan ser adorados por la fuerza.

En uno de los grupos de empleados municipales, se habla de un abogado que ha ofrecido sus servicios para demandar a Martínez Manríquez por estos abusos y otros derechos vulnerados.

De hecho, hay pruebas de la coacción y las amenazas para forzar al personal a seguir las trasmisiones en línea si quieren conservar el empleo.

“Es de carácter obligatorio. Se supervisará que cada uno esté conectado a la transmisión”, dice una mensaje enviado por un jefe de área a trabajadores de Altamira.

Aunque la Secretaría del Trabajo Federal ha desautorizado a las empresas obligar al personal a continuar tareas antes o después de horario laboral por medio de WhatsApp, varias empleadas, principalmente amas de casa, se quejaron de que les ordenan conectarse en su horario libre para apoyar las conferencias del alcalde.

“El coordinador de redes de su área supervisará que se reaccione positivamente a la transmisión del alcalde y se haga un comentario a favor de esta administración. Eviten sanciones administrativas”, indica otra captura de pantalla compartida por el personal.

Un ambiente fascista impera sobre los trabajadores municipales debido al sistema sobrevigilado y hostil para satisfacer los caprichos de Armando Martínez, único responsable de esta situación que no se vivía ni con el PAN.

“Se supevisará las áreas de trabajo de cada empleado y de no encontrarlos, el alcalde fue tajante que entonces no había compromiso con esta administración y se impusieran las sanciones necesarias“.

¿Ustedes creen que un alcalde aprobado, con amplio respaldo social, seguro de sus posibilidades de reelección, manipularía al personal para impulsar su imagen pública?

Se habla de que algunos empleados municipales ya tienen acercamientos con panistas y otros actores políticos para sacar a Armando Martínez del municipio, incluso para iniciar denuncias en su contra. He aquí el mundo real para el alcalde.

Para escapar de la realidad, Armando Martínez tiene listo su estudio de transmisión cada lunes.

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