Prosperan robo y extorsiones en Altamira; el alcalde calla
Sin Filtros; por Brenda Ramos
Lo dice el semáforo delictivo y lo dicen también los comerciantes: Altamira es un lugar inseguro para vivir y trabajar. Los dueños de vehículos también deben estar alertas si no quieren perder sus unidades en esta ciudad.
Los altamirenses están a merced de las extorsiones y los robos. Lo denuncian en redes sociales, de voz en voz, y ya se he vuelto algo cotidiano. Solamente en un lugar no se habla del tema: en las mañaneras del alcalde Armando Martínez Manríquez.
En política, el silencio de la autoridad tienen un significado preocupante: “Yo no atenderé eso”. Los mandatarios prefieren volver la vista a otra parte, en casos como este, para no comprometerse. ¿Cuándo han oído a Armando Martínez hablar de robos y extorsiones en Altamira? ¿Cuándo ha invitado a sus conferencias a una víctima para dar su testimonio? No hace eso ni lo hará jamás. Solo le interesa alabar a su gobierno y callar sus problemas.
Pero la información pública habla siempre de la realidad, por más que lo eviten los alcaldes. Y en el caso de Altamira, tiene malas cuentas que reportar.
De acuerdo con el Semáforo Delictivo de Tamaulipas, que recopila las denuncias presentadas ante la Fiscalía, Altamira se halla en semáforo rojo en los delitos de extorsión, robo a vehículos y robo a negocios al mes de mayo de este año.
Por sistema, el semáforo lleva un mes de atraso mientras procesa la información del último mes cumplido. En unos días, por ejemplo, se publicará el resultado de junio.
Con el saldo actual, el robo a negocios se ha convertido en una plaga en Altamira. En el mes de mayo se contabilizaron 9 atracos, pero hay que pensar en la cifra oculta, que proviene de robos no denunciados. Se considera que la cifra real puede ser del doble, es decir, 18 atracos.
En abril, Altamira ya estaba en semáforo rojo en robo a negocios. Esto demuestra que, efectivamente, el alcalde Armando Martínez Manríquez voltea la mirada a otro lado para no intervenir en el problema, ya que el municipio tiene acceso a esta información, incluso a otra más delicada a la que menos se referirá.
El delito de extorsión lleva también dos meses seguidos en semáforo rojo, que son abril y mayo. Pero el que se ha quedado ya con ese color desde hace cuatro meses es el de robo a vehículos. Está en auge el despojo de autos en este municipio; lleva así desde febrero, marzo, abril y mayo.
Vigilancia, patrullaje, casetas de policía, ninguna de esta acciones ha coordinado en toda su administración Armando Martínez Manríquez. Eso sí: montó un sainete para hablar de una draga hundida y justificar el despilfarro de 40 millones de pesos en la compra de un equipo viejo que la sustituyera.
Mientras el alcalde echa cuentos a la gente, los comerciantes le dicen la verdad, como hizo Luis Manuel Pinete hace una semana. El secretario de la Canaco Altamira confirmó la alerta del semáforo delictivo.
“Las extorsiones están a la orden del día”, aseguró a la prensa. “El día de ayer me hablaron a mí, pero con las debidas atenciones de los empleados o de quien esté a cargo de las llamadas, se evita”.
Muchos de los negocios son empresas familiares y con frecuencia son atendidos por mujeres; ellas entran en pánico al escuchar una llamada desconocida que les exige dinero para no hacerles daños, ya que menciona la dirección exacta del establecimiento.
Los comerciantes se sienten indefensos ya que los regidores de Altamira, aliados con Armando Martínez Manríquez, prácticamente rechazan atender el tema de la seguridad pública. Si bien ya no existen policías municipales, los alcaldes actúan como gestores y aún como coordinadores de operativos de estatales en sus territorios. Cuando quieren, piden la ayuda y se les da. Pero el alcalde solo pide dinero, no seguridad.
Por eso ahora las extorsiones telefónicas ya no proceden de lugares alejados como Reynosa y Matamoros. De acuerdo con la Canaco de Altamira, las llamadas para amenazar y exigir pagos se hacen desde números locales, con terminación 833.
En septiembre de 2022, el alcalde viajó junto con su esposa y su hija a Miami, Florida, bajo la justificación de hacer una visita de trabajo “para beneficio de Altamira”. Han pasado diez meses sin que se vea un solo beneficio, pero la familia Martínez sí ha publicado muchas fotografías de los paseos y las compras que hicieron juntos en Estados Unidos.
Esta clase de distracciones son como el deseo cumplido de los delincuentes, porque la autoridad da señales de tolerar o ignorar a los ciudadanos en el tema de la seguridad.
Entre el comercio formal se discute la posibilidad de cerrar sus cuentas de redes sociales, ya que se sienten vulnerables de compartir información como teléfonos, ubicación y contactos.
La otra posibilidad, que también ya se discute, es votar por otro partido en 2024 y cortar así con la pasividad del alcalde actual.