Armando Martínez
Por Oscar Díaz Salazar
El presidente municipal de Altamira, Armando Martínez Manriquez, ha tenido la habilidad para evadir las críticas y los cuestionamientos sobre su pertenencia al grupo de políticos financiados e impulsados por el difunto Sergio Carmona.
Las notas periodísticas han revelado los vínculos de otros politic@s con los hermanos Sergio y Julio Carmona Angulo, y han omitido la pertenencia del alcalde de Altamira a ese selecto y muy afortunado club, en el que Erasmo González Robledo, es el vínculo con los líderes nacionales de Morena e interlocutor directo (y dilecto) con el presidente del partido, Mario Delgado.
Su cierre de campaña estuvo amenizado por Julión Álvarez, cantante de moda contratado por Los Muñecos, para ambientar las campañas de morena.
El más encumbrado representante de Los Muñecos, Erasmo González Robledo, lo acompaña en los eventos más relevantes del gobierno de Altamira, lo tutela, lo tripula.
Siendo el líder «político» (que no económico) de Los Muñecos tamaulipecos, -me refiero a Erasmo González- una persona non grata en Ciudad Madero y en Tampico, al menos para los alcaldes de esos municipios, el diputado federal Carmonista, se ha concentrado en Altamira, municipio donde es atendido con esmero por el presidente municipal, que mucho agradece al presidente de la Comisión de presupuesto de la Cámara de Diputados, su ayuda para hacer realidad el sueño de ser el presidente de su pueblo.
Al igual que otros alcaldes de la frontera, Armando Martínez inauguró su gobierno dando el banderazo de arranque y presentando a la población, una amplia flotilla de equipo motorizado, barredoras, camiones para la recolección de basura, camiones con canasta para el alumbrado público, camiones cisterna «pipas», vehículos de volteo, etc. No me sorprendería saber que gran parte de ese equipo hubiera sido alquilado a una empresa de los hermanos Carmona, como sucedió, y se documentó debidamente, en los municipios del norte.
El tiempo en el que tuvo que coincidir con Cabeza de Vaca como gobernador, fue un periodo de armonía, de cordialidad, de colaboración entre el edil de Altamira y el líder de la Vaca Salvatrucha. Mientras otros alcaldes de morena sufrieron las agresiones políticas y administrativas de los cabezones, Armando Martinez disfrutaba del inicio de su gobierno sin contratiempos, sin que le intervinieran la tesorería, sin que le invadieran la policía de vialidad, sin que le inventaran delitos.
Se tendrá que revisar con detalle los números de la votación en la elección de gobernador, pues en la zona que gobierna Armando Martínez, no se ganó con el margen que se esperaba, considerando que ahí gobierna morena. Todo parece indicar que también en Altamira hubo Truko.