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Traición: golpe de estado de Lavín-Atanasia-Beas

José Ángel Solorio Martínez

El 3 de mayo del 2023, fecha en que se promulgó la Ley Orgánica de la Administración Pública del Estado de Tamaulipas, deberá ser consignado como el día en que Atanasia Contreras y su consorte Luis Jorge Beas -responsables de la redacción de ese relevante texto- propinaron uno de los más penosos golpes de estado -en términos reales- al Ejecutivo estatal tamaulipeco.
Sí: la pareja jurídica, se apropió de derechos que sólo competen al gobernador.
¿Tan extremosa, es la actitud de los Atanasios?
Efectivamente: muy extremosa.
Los desleales, ventajosos, oportunistas, Tachos, en el artículo 15 del Capítulo Segundo de la mencionada Ley, establecieron para achicar de un plumazo, atribuciones del Ejecutivo estatal y de su segundo de a bordo: el Secretario General de Gobierno:
“La designación de los responsables de las áreas administrativas y jurídicas de las Dependencias y Entidades de la Administración Pública Estatal, se realizará por el Ejecutivo o el órgano competente, a propuesta de los titulares de la Secretaría de Administración y Consejería Jurídica, respectivamente.”
Es decir: las áreas administrativas, serán ocupadas por personas recomendadas por el Secretario de Administración, Jesús Lavín Verástegui.
Y las áreas jurídicas: ni más ni menos, por Atanasia.
El golpe de estado -por eso el uso del término- encumbra en la práctica a Tacha como ¡vicegobernadora!, sin haber pasado por la prueba de las urnas.
¿Es excesiva esa ponderación?
No, no lo es.
En una interpretación concreta de la realidad que describe la Ley Atanasia, el gobernador, pasó a ser un subordinado, -casi casi, un empleado- de la dupla de la pareja de sedicentes jurisconsultos.
De igual forma, Chucho Lavín, se erige en el dueño de todo territorio administrativo de toda la estructura gubernamental de la entidad. Y sí: también el Secretario de Administración, deja de ser subordinado del Ejecutivo estatal, para ¡ser su patrón!
Se colige: el nuevo ordenamiento jurídico, fue pactado en las oficinas de los beneficiarios del golpe de estado legal: Lavín-Tacha-Beas.
Como en las novelas policíacas: ¿a quien beneficia el crimen?
No tuvieron contemplación con sus superiores; en otros tiempos, el Secretario General de Gobierno, manejaba esos departamentos en apego a los pesos y contrapesos de la gobernabilidad. La Reforma-Atanasia, se llevó de encuentro a quien en la práctica es de facto y de jure, el segundo hombre en importancia en la administración estatal.
¿Qué motivó la instrumentación de esa adecuación a la Ley Orgánica de la Administración Pública?
¿Qué hay en el fondo de el nuevo marco legal?
Algo huele mal.
¿Mejorar el ejercicio de la administración pública regional?
Es evidente: no.
¿Agilizar el aparato burocrático?
Se nota: no.
¿Ayudar al gobernador a llevar con mayor ligereza su tarea de gobernar?
Se palpa: no.
Las intenciones de Lavín-Atanasia-Beas, hay que buscarlas en su oscura idea de ampliar su dominio en espacios gubernamentales acotando los del gobernador y los del Secretario de Gobierno.
Tacha y Beas, arrastraron en su aventura a un avieso y apocado Lavín, quien tiene muchas aclaraciones que dar al Ejecutivo estatal sobre el asunto.
¿Traicionó al gobernador, la coalición, Lavín-Tacha-Beas?
Sus amigos, aseguran que no.
La sabia calle, sentencia que sí.

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